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Julio de 2015
Vol. 32 No. 10.
Grecia: populismo, corrupción y deuda
por: Edgar Cherubini Lecuna
Los políticos griegos, en
alianza con militares, empresarios,
corporaciones multinacionales
de armas y
bancos, hundieron a Grecia
en el pantano de la deuda.
Lo cínico del asunto es que,
ya se alzan las voces que
claman por su condonación,
pero nadie habla de investigar
la maraña de corrupción
montada por los que desfalcaron
a ese país, porque se
trata de una sociedad de
cómplices similares a las que
se conocen en Latinoamérica.
De nuevo, los platos
rotos los paga el pueblo
desinformado y de nuevo,
toman el poder quienes
alientan el resentimiento y el
odio en vez de las transformaciones
profundas. Es una
historia que se repite una y
otra vez. El pueblo como
excusa, como señuelo en el
anzuelo del populismo y a la
vez corresponsable de su
propia desgracia
La crisis económica global que comenzó
en 2008, y que se prolonga hasta estos
días, denominada “la gran recesión”, cuya
causa es atribuida al neodarwinismo de las
corporaciones financieras y su voracidad
en el manejo de una economía irreal, produjo
quiebras, nacionalizaciones bancarias,
intervenciones de los bancos centrales de
las principales economías desarrolladas,
descalabros en las cotizaciones bursátiles
y un deterioro de la economía global real
que hizo entrar en recesión a algunos de
los países industrializados y ha tenido consecuencias
devastadoras en economías dé-
biles, construidas sobre arena por políticos
inescrupulosos, como ha sido el caso
de Grecia.
En 2010, poco después de ser elegido el
socialista George Papandreus como Primer
Ministro, reconoció que las cifras del
déficit habían sido falseadas por la administración
anterior de centro derecha, pasando
del 3,7%, límite máximo exigido por
la UE, al 14% del PIB, anunciando una inminente
quiebra y el comienzo de la pesadilla.
Los salvatajes de la zona Euro y del
FMI por €110.000 millones, así como las
garantías públicas y la inyección masiva
de dinero a los bancos, a costa de los contribuyentes
europeos, lograron retardar el
desenlace que comenzó en 2010 y que
continúa en el presente.
El rescate de los bancos
Los bancos privados de Europa tienen
una gran responsabilidad en el endeudamiento
de países como Grecia y los excesos
que causaron la recesión, la crisis y
los elevados déficits públicos. Utilizaron el
dinero que a bajo costo les prestó Banco
Central Europeo para aumentar los préstamos
a tasas cada vez más altas, para conseguir
aún mayores beneficios. Y cuando
los bancos se asustaron por la situación,
las autoridades políticas y monetarias vinieron
de nuevo en su rescate mediante la
creación de un “Fondo Europeo de Estabilidad
Financiera” destinado a permitir que
siguieran pagando su deuda sin chistar. La
UE no estaba rescatando a Grecia, sino a
los bancos.
Los griegos cambiaron de
monstruos en medio de su
pesadilla
Desde que Alexis Tsipras y la alianza
radical de izquierda Syriza ganaron las
elecciones en enero de 2015, han estado
reclamando a las instituciones europeas un
nuevo rescate para inyectar liquidez a los
bancos y enfrentar los pagos pendientes
al FMI y al Banco Central Europeo (BCE),
exigiendo también la reestructuración de
la deuda que asciende a €315.000 millones,
lo que equivale al 175% de su PIB y
que, según alerta el FMI se aproximará al
200% del PIB. Mientras las instituciones
europeas piden esfuerzos, reformas y un
plan de austeridad, los líderes de Syriza
han desarrollado una estrategia de
victimización y a la par descalifican a la
UE, intentando no dar marcha atrás a sus
promesas populistas y chantajear con su
posible salida de la zona euro.
Entre las exigencias de la UE, destacan
la reforma del sistema impositivo ya que
el 70% de la población griega no paga impuestos
o declara fraudulentamente. En un
Gpaís sin independencia de instituciones y organismos, es
imposible perseguir el fraude fiscal y combatir la corrupción.
Tsipras ha prometido una revisión del gasto público,
de la extendida burocracia que equivale al 10% de la población,
así como recortes en el gasto social, como son las
reformas de las pensiones para asegurar su sostenibilidad,
ajustes en el IVA, un ambicioso plan de privatizaciones exigido
por la UE de €55.000 millones en un fondo de activos,
entre otros. Sin embargo, Tsipras ni la UE han mencionado
el inmenso gasto militar, considerado como una centrífuga
de corrupción causante en gran medida de la debacle financiera
del Estado.
Militares, armas y corrupción
Grecia es un pequeño país, pero representa un bastión
estratégico para la OTAN, ya que en su territorio están emplazadas
bases vitales para el control del Mediterráneo y
para las operaciones en Medio Oriente. Pese a ser miembro
de la alianza militar, ese país se ha convertido en el segundo
comprador de armas en Europa y quinto a nivel mundial, un
jugoso mercado para los fabricantes de armamentos.
Antes de que estallara la crisis, el gasto militar superaba
el 4% del PIB, mientras que el de los países europeos se
situaba en el 1,6% del PIB. Con 11 millones de habitantes,
tiene un ejército de 150 mil soldados y como ejemplo del
despropósito, duplica a Alemania en la cantidad de tanques
de guerra.
Los países que venden armas a Grecia son: EE.UU. 42%,
Alemania 25,3%, Francia 12,8%, Italia 3,2% e Inglaterra
2,6%, entre otros. Rusia le ha vendido tanques de guerra y
sistemas de defensa aérea en negociaciones inescrutables.
En medio de la crisis financiera de 2010, que colocó al
país en bancarrota, Grecia acordó una negociación con Alemania
por la suma de €1.000 millones como pago inicial
para la compra de seis submarinos. Negoció con Francia
seis fragatas y 15 helicópteros, además de los doce F-16
comprados a los Estados Unidos. Sin mencionar los 1.500
tanques de guerra y sistemas de misiles adquiridos en esos
años a través de complejas y oscuras negociaciones dirigidas
por políticos y militares en alianzas con corporaciones
y bancos. El gasto militar alcanzó la cifra de €16.000 millones,
mientras su economía se reducía en 25%. Parte de los
salvatajes financieros fueron utilizados en pagos y avances
para la compra de más armamento.
Quid pro quo
Tanto Francia como Alemania, los dos países que negociaron
con Grecia para lograr un acuerdo e impedir el
“Grexit” o la salida de Grecia de la UE, han estado al mismo
tiempo realizando negocios de venta de armas con ese país,
a sabiendas que está en quiebra desde 2008. Mientras, la UE
elabora un programa de ayudas, las corporaciones que se
mueven detrás de este escenario impiden recortar los gastos
de defensa, pues eso equivaldría al mismo monto del
salvataje que la UE deberá desembolsar para reflotar al país.
En abril de este año, cuando la Unión Europea se rasgaba
las vestiduras ante la debacle financiera de Grecia que entraba
en default técnico, el ministro de defensa del gobierno
de Tsipras, Panos Kammenos, negociaba en Rusia la ampliación
del sistema de misiles defensivos Tor-M1, Kornet y
S-300, en una negociación a puertas cerradas.
En conclusión, la hipocresía está enraizada en unos y
otros, pero es más conspicua en el Gobierno de Syriza,
pues Tsipras ha estado negociando ayudas financieras a
cambio de medidas de austeridad. Pero el y su partido de
“indignados sociales”, han pasado por alto recortar el gasto
militar. La UE ni siquiera menciona a la gallinita de los
huevos de oro.
La razón de fondo, es que los organismos internacionales,
gobiernos, políticos y militares se han convertido en
vasallos de las corporaciones multinacionales, negociando
sus valores éticos a cambio de jugosos contratos y comisiones.
Muchas de esas transnacionales de armamentos
dominan los lobbies internacionales a su antojo, no sólo en
lo que se refiere a la economía global, sino la política interna
de las naciones.
Por todo esto, se puede afirmar junto a Nicholas Murray
Butler, presidente de la Pilgrim Society: “El mundo se divide
en tres categorías de personas: un muy pequeño numero
que produce acontecimientos; un grupo un poco más grande
que asegura la ejecución y mira como acontece, y por
fin, una amplia mayoría que no sabe nunca lo que ocurre en
realidad”.
Edgar Cherubini Lecuna
París, Julio 2015
(edgar.cherubini@gmail.com)
(www.edgarcherubini.com)
(@edgarcherubini)
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