ALFREDO CORONIL HARTMANN
Misterioso “accidente” del avión militar caído en Codazzi
Por Eduardo Mackenzie
1 de agosto de 2015
¿En manos de quien están en este momento las cajas negras del avión Casa CN261 de la FAC que se estrelló ayer en la periferia de Codazzi? El señor Reinel Romero, trabajador del sector donde cayó la aeronave militar, cerca del cerro Las Palomas, declaró que los cuerpos de las once víctimas fueron llevadas a la finca El Danubio y que el Ejército y la Policía llegaron y tomaron el control del lugar: “No dejaron acercar a nadie así que nos devolvimos a nuestras fincas”, agregó.
De las cajas negras ni él ni la prensa ni el gobierno han dicho nada, aunque se trata del elemento probatorio más importante para llegar a conocer la verdad de lo ocurrido. ¿El grupo de uniformados que llegó a esa finca encontró las cajas negras?
La pregunta que muchos se hacen es: ¿ese avión tuvo una avería que causó la tragedia? ¿O fue, por el contrario, víctima de una bomba o de un saboteo en tierra? ¿Fue atacado por un misil?
Ninguna de esas hipótesis puede ser descartada, dado el contexto político tan particular del país. El avión, informó el gobierno, “adelantaba un sobrevuelo de orden público en la zona”. Mal hacen los que creen tener la verdad en el bolsillo unas horas después de esa tragedia y en medio de un cese al fuego unilateral de las Farc.
Ante ese tipo de “accidente” la reacción correcta es conformar una comisión independiente de peritos en accidentes aéreos que estudien minuciosamente los cuerpos de los tripulantes, los restos del aparato y analicen las cajas negras, donde quedan grabados los datos paramétricos del vuelo y las conversaciones en cabina y desde la torre de control hacia la cabina. Sin esos datos no se puede llegar a la verdad de lo ocurrido.
Diferentes trabajadores de fincas presenciaron el momento de la tragedia. Entre ellos se encuentra el señor Javier Mendoza, quien dice haber visto la caída de la aeronave. “Ese avión prácticamente se estrelló en el aire. Las alas se incendiaron. Y cayó en el lote, ahí no hay sobrevivientes”. La tragedia estremeció a todo el pueblo. “Eso fue tremendo porque nosotros nunca habíamos visto eso. Nos acercamos y entre los muertos alcanzamos a ver a una mujer”, agregó.
La declaración de Javier Mendoza llama la atención. ¿Mendoza quiso decir que el avión había estallado en el aire, en lugar de decir que se había “estrellado en el aire”? ¿Quien recibió su testimonio escuchó mal y confundió ese término?
Otro testigo, Diego Andrés Stevenson, personero de Codazzi, expresó, según una radio, que “simplemente el avión se incendió en el aire”.
Tal visión contradice la teoría impulsada por la revista Semana, quien se apresuró a decir que, según una de sus fuentes, “el comandante de la aeronave comunicó a la torre de Barranquilla engelamiento (sic) en un motor y descenso en el otro, mientras volaba a través de una tormenta eléctrica.” ¿Dónde está la grabación de ese mensaje crucial del piloto?
Es muy raro que una tormenta eléctrica cause daños fatales simultáneamente en los dos motores de un avión robusto como el Casa de la FAC. Es muy raro que daños en un motor incendien las alas del avión. La palabra “engelamiento” no designa nada. ¿Quiso decir congelamiento? ¿Si hubo “engelamiento” de un motor por qué otros dicen haber visto que el avión se había “incendiado en el aire”? Un avión que estalla en el aire, o que cae con las alas incendiadas, parece más la víctima de un misil que la víctima de un percance de motor.
Hasta que no haya una investigación seria e independiente con expertos en accidentes aéreos no se puede admitir que la muerte de esos once militares ha sido el producto de un banal “accidente” de aviación, como presume el presidente Santos en un twitter.
¿Por qué el gobierno vacila o demora su decisión de integrar una verdadera comisión de investigación?
Los peritos deben analizar, en detalle, lo que dicen las cajas negras del avión de la FAC. Si solo hubo “problemas” con los dos motores eso podría ser confirmado por esas grabaciones. Si hubo sabotaje para que en vuelo los motores fallaran, o si el avión fue atacado desde tierra, o desde otro avión, un examen de los restos humanos y del avión revelará lo indispensable.
Estas dudas son legítimas pues no es la primera vez que aeronaves militares de Colombia son objeto de ataques mortíferos de parte de las bandas terroristas.
El caso más reciente está lleno de dudas. ¿Qué pasó realmente con el helicóptero Black Hawk UH - 60L del Ejército que cayó el 10 de mayo pasado en la vereda Ucrania, a 21 kilómetros al norte del municipio de La Uribe (Meta)? Allí murieron cuatro militares. Horas después la versión oficial dijo que la causa había sido “fallas técnicas”. Después se supo que las Farc estaban en esa área y que las minas antipersona de ellas habían causado la tragedia. Pero las fotos que difundió la prensa ulteriormente muestran una explosión que va más allá de las posibilidades de unas minas antipersona.
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