Sin ofensiva no hay triunfo.
por: Juan Claudio Lechín Weise
El servicio de pediatría del hospital universitario de Caracas ha colapsado. No hay luz, ni agua y cada parturienta debe llevar yodo, gasas y los medicamentos para dar a luz y atender a su bebé. Parece una imagen del siglo XVIII pero es la realidad hoy de una Venezuela totalmente disgregada. La historiadora Thays Peñalver se pregunta atónita y adolorida: ¿cómo duermen los comunistas y los militares que permitieron esto?
Pasarán años para comprender tamaña infamia o rendirse ante la imposibilidad de explicarla. Pero en cuanto a las razones prácticas veo dos. Una razón es que sólo devastando el país hasta el absurdo, las bandas del castrismo y del chavismo pudieron robarse 700 mil millones de dólares. Si hubiera habido algún prurito moral o alguna regulación, hubieran robado como antes, como solía ser la corrupción relativa, donde el país hasta crecía y mejoraba. Pero esta es la corrupción absoluta. La segunda razón es que, estando el país hecho añicos, cuando caiga el régimen no saldrán a perseguirlos; priorizarán la reconstrucción.
Ahora, ¿por qué en los países tomados por el castrismo no se han construido oposiciones políticas efectivas, ideología alternativa, fe militante en la libertad?, ¿por qué hemos dejado que avance tanto? Porque las oposiciones son funcionales o bien liberales.
Las funcionales, como Capriles, son corruptas. Las liberales, por su lado, importaron la manera norteamericana de hacer política: institucional y democrática; solo que en países sin instituciones y sin democracia. Nuevamente, el ideal derrotando a la realidad. Para sacar en el continente al chavismo y construir democracias sostenibles necesitamos una fe social liberal y militancia política formada. Sin un ejército político e ideológico no tendremos capacidad de ofensiva y sin ofensiva no hay triunfo.
Juan Claudio Lechin
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New York NY 10022
USA
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