COYUNTURA EXISTENCIAL
Invito cuantos a trabajar renunciando a los frutos de la acción.
por: Oswaldo Álvarez Paz
Mayo es el mes de las madres, de los
trabajadores y hasta de las flores, entre otras cosas. Para la Venezuela de hoy
también pareciera oportunidad para reflexionar sobre el presente y futuro del
país y de cada uno de sus habitantes. Todos estamos conscientes de la tragedia
que vivimos. Todos sabemos que seguiremos cayendo por un profundo barranco sin
final, mientras este régimen se mantenga. Todo camina para peor.
“No mejora nada el enfermo” diría el
refrán popular. Pero lo importante es determinar si los demócratas verdaderos
del país estamos haciendo todo lo que podríamos para ponerle punto final al
drama. Hay terapias y remedios adecuados para la pronta recuperación, sin
embargo será imposible manteniendo los esquemas tradicionales y clásicos como
si estuviéramos en un tiempo de democracia y libertad. Enfrentamos una
dictadura del siglo XXI. Si esto no está definitivamente claro, el objetivo
será empañado, voluntaria o involuntariamente, por falta de claridad de algunos
opositores al régimen.
Siempre he tratado de esquivar las
luchas inevitables conmigo mismo y frente a terceros. Pero, llegado el momento
las hemos asumido preguntándome hasta donde podré dominar las pasiones
generadas en cada batalla. La vida me ha enseñado a no lamentar lo inevitable.
Invito cuantos a trabajar renunciando a los frutos de la acción. Es el mejor
camino al éxito. Pensar demasiado en los beneficios del desenlace debilita el
coraje para el cumplimiento del deber. El renunciamiento silencioso a las
ambiciones personales o de grupo, crea la paz interior y ofrece la moderación
necesaria para que los resultados sean perdurables.
Alguien dijo, hace mucho tiempo, que
del enemigo no hay que temer sus vicios, sino las virtudes. Para los seres
humanos dominados por el poder político y económico, a veces les es más difícil
renunciar al YO que a las riquezas y los placeres, si interfieren con su
particular ego. Desde eta visión decimos que el gobierno se ha despedido de
todo sentimiento de decencia y humanidad.
Es un verdadero cáncer. Ya ha
destruido órganos vitales de la nación. Debe ser extirpado de manera resuelta y
definitiva. La lucha tiene que ser en la calle, por la justicia y los derechos
de la gente.
Hay muchos que se oponen a la
dictadura y cuestionan la guerra, no vacilo en calificarla de esta manera,
social y política existente, pero no hacen nada por evitarla. Tiene que haber
relación estrecha entre los objetivos y nuestras acciones. La oposición debe
evitar la rutina que daña la esperanza.
@salpas
Lunes, 2 de mayo de 2016
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