Talento sin probidad
FERNANDO
FACCHIN B.
Dentro de las acepciones del
término talento encontramos que significa: “Dotes intelectuales de una persona.
Entendimiento, inteligencia. Aptitud y capacidad para el desempeño o ejercicio
de una ocupación o actividad.” y probidad significa: “Honradez, integridad,
rectitud de proceder.” Con razón el Libertador no dudó al decir: “El talento
sin probidad es un azote.”
A propósito del título de este
espacio refiero que talento y probidad son dos de los elementos fundamentales
que inspiran el principio de la moralidad judicial, mediante el cual se
sostiene que los jueces deben actuar conforme a la justicia, no podemos olvidar
que “La perfección del ordenamiento jurídico positivo se muestra por el grado
en que logra moralizar a la sociedad.”, por ello “El talento sin probidad es un
azote.”
La reciente decisión dictada por
la SC/TSJ sobre la permisividad otorgada a la doble nacionalización para
ejercer cargos públicos reservados a venezolanos por nacimiento, es una
violación más de los principios, no interpretativos, contenidos en la Carta
Magna que lesiona gravemente la legitimidad y majestad del Poder Judicial y
causa un inmenso daño al Estado de Derecho, agravando el estado de deshecho.
Las últimas decisiones serviles
al régimen, dictada sin ética, sin probidad jurídica, politizan la justicia y
judicializan la política, quebrando bochornosamente la integridad del Poder
Judicial y produciendo una involución constitucional inaceptable, esas
sentencias son una indecente maniobra judicial para favorecer los caprichos y
exigencias del régimen, ello nos demuestra que en la SC/TSJ no sólo están los
supuestamente más preparados y competentes, sino los más complacientes y
dispuestos en devolver las gracias recibidas del régimen. “El Talento sin probidad
es un azote”.
El servilismo judicial es un
lastre para la credibilidad del sistema judicial y lo más grave e inconcebible
es que sea la propia S/CTSJ quien arremete contra el Estado de Derecho y contra
la propia Constitución, lo que en sí mismo provoca su descrédito y
deslegitimación, demostrando que para el oficialismo existe una bochornosa
justicia a la carta, a su juego de intereses políticos, dando paso a una de las
fuentes más notorias de la inseguridad jurídica, impregnando de bochorno la noble
tarea de impartir justicia dentro del principio de la ética profesional, “El
talento sin probidad es un azote”.
Me pregunto, ¿Existirá el delito
de cohecho en esa decisión?, no lo puedo afirmar por cuanto carezco de las
pruebas necesarias para ello, pero, recordemos que cohecho es uno de los
delitos propios de la corruptela judicial y política y no es otra cosa que el
soborno, la seducción o la corrupción, en el caso en comento, de un juez, para
que resuelva sobre lo exigido por otro órgano del poder público o por un
tercero, de existir, en el caso que me ocupa, el cohecho, estamos ante un
talento sin probidad.
Decisiones como las referidas en
este artículo, quebrantan la estabilidad institucional y la paz social,
afectando gravemente el orden público constitucional, quedando para la historia jurídica del país
como una nefasta actuación alimentada por una irracional apetencia por el poder
y el dinero que no conoce límites éticos ni institucionales.
El autor alemán R. Von Ihering en
su obra “La Lucha por el Derecho”, nos hace saber: “La fuerza de un pueblo
responde a la de su sentimiento del derecho”. El pueblo venezolano sabrá
asimilar en toda su extensión las tantas desviaciones que se han hecho de la
Carta Magna, por unas irritas decisiones que destruyen los principios
constitucionales y los convierte en letra muerta, ligando su suerte a la
complacencia político/crematística, pero aun así la sociedad sabrá reivindicar
los principios vilmente vulnerados por el azote de un talento sin probidad.
Hoy podemos decir que la SC/TSJ
con sus decisiones ha creado “la crisis de la crisis” y ello nos lleva a pensar
¿Qué triquiñuelas o trapisondas seudo jurídicas podría aplicar la SC/TSJ para
evitar la realización del Referendo Revocatorio?
Para la AN es tarea prioritaria
en el futuro inmediato, transformar en poder judicial, no sería razonable que
se lleve a cabo una transición en las condiciones de inseguridad judicial
vigente, es necesario evitar una crisis de fondo en la transición como la que
estamos viviendo en la actualidad, la cual se presentará si la
institucionalidad judicial sigue en las mismas manos de quienes la detentan
hoy; corriendo el riesgo de fracasar en la reconstrucción del país, por cuanto
estaríamos en presencia de la disolución de las instituciones y del avance
desmedido de la corruptela institucional, lo que no permitiría al gobierno de
transición ejecutar las acciones necesarias para la transformación y
recuperación del país. Recordemos: “El talento sin probidad es un azote.”
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