Venezuela: Un cuero seco
La Venezuela de la era revolucionaria se parece a un cuero seco, porque cuando se agarra por un lado salta el otro.
Solo en estas últimas semanas, han saltado a la palestra varios hechos escandalosos por el despojo que representan para la nación y que, por lo inconcebible, han terminado de minar la capacidad de asombro de la opinión pública, si es que aún le quedaba alguna.
Un primer despojo está en curso: Se trata de que, a solicitud de Guyana, con la venía de Cuba, Caricón y Estados Unidos, ExxonMobil comenzó a realizar perforaciones en el bloque de Stabroek que comparte zonas marítimas de Guyana, el Esequibo y Venezuela. Estas perforaciones contaban con la aprobación implícita de Venezuela, pues esta no ha hecho objeción alguna en los años desde que Guyana anunció sus planes para el desarrollo del Stabroek.
Esta avanzada territorial de Guyana, bajo el cómplice silencio que ha mantenido la diplomacia de Chávez y la de Maduro, terminará de despojar a Venezuela de sus derechos sobre la zona en reclamación del Esequibo, incluyendo posiblemente los derechos marítimos que se derivan del Delta del Orinoco. Un despojo territorial permitido en aras de los apoyos políticos de Guyana y de los países del Caribe al proyecto dictatorial de Venezuela en los organismos multilaterales de la región.
El segundo despojo vendría en camino: Según informa el periodista Nelson Bocaranda, Venezuela estaría negociando 1,4 millones de onzas troy de las reservas en oro del BCV con el Deutsche Bank, Bank of America y el Citibank esperando obtener $1,5 millardos. La operación comprendería un ‘swap’ o contrato de canje por un período de cuatro años. Al término de ese lapso, se prevé que el oro volvería a las arcas del país.
Para colmo este lleva al tercer despojo de la lista: Que parte de las reservas de oro de Venezuela está “depositada” en las bóvedas del Banco Central de Cuba como “respaldo de los bienes y servicios que Cuba le presta a Venezuela”, según revela Bocaranda.
El cuarto despojo es un hecho ya sobrevenido que involucra la sustracción ilegal de una cantidad mil millonaria de divisas de la estatal petrolera venezolana:
Se trata de la denuncia que realizó este martes el Tesoro de los EE.UU. declarando que el Banco Principal d´Andorra (BPA) es un centro de lavado de dinero, y vinculando a la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) con varios hechos punitivos, entre los que destacan, por ahora: 1) Que un directivo del banco mediante prácticas ilegales, como la falsificación de contratos, habría realizado transacciones por unos $2,0 millardos ligadas a PDVSA. 2) Que el BPA sirvió para “movilizar” unos $4,2 millardos en transferencias relacionadas con el blanqueo de capitales venezolano, provenientes de PDVSA.
El comunicado de Prensa emitido por el departamento de Delitos Financieros y Control del Tesoro de los EE.UU. entre otras afirmaciones indica que los directivos de BPA habrían “facilitado transacciones de blanqueo de dinero de personas relacionadas con organizaciones criminales, corrupción y tráfico de personas a través del sistema financiero de Estados Unidos”, incluyendo operaciones mediante las cuales se le sustrajeron (“syphoned off”) más de $2,0 millardos a PDVSA. También, acusa formalmente a la entidad de “participar de forma activa en el blanqueo de dinero procedente de organizaciones criminales de Rusia, Venezuela y China”. Acota, por ejemplo, que un gestor de BPA aceptó sobornos a cambio de mover fondos de Gao Ping, cabecilla del «caso Emperador» y ligado a la mafia china y sus actividades de lavado de dinero y tráfico de personas.
Esta denuncia del Tesoro de los EE.UU. llevó a la intervención del BPA por parte del Instituto Nacional de Finanzas de Andorra (INAF), el regulador financiero de ese país, y la posterior intervención de su filial en España.
Aunque aún es temprano para medir la trascendencia de este nuevo escándalo de corrupción que involucra a la estatal venezolana, es posible que pique y se extienda.
Analistas apuntan que con esta denuncia contra el BPA, y la referencia destacada sobre sus vínculos con PDVSA, se evidencia que la orden ejecutiva, firmada este lunes 9 de marzo por Barack Obama, (donde declara un ¨estado de emergencia nacional¨ para enfrentar la “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior de los Estados Unidos” por los hechos de corrupción del gobierno venezolano) apunta a donde más le duele a la cúpula corrupta de la nueva boliburgesía revolucionaria (los dineros robados a la República) y no a la supuesta invasión a Venezuela que quiere vender Maduro a la opinión pública nacional e internacional.
Puede ser que Maduro requiera de algo más que su dedo habilitante y ¨ejercicios militares defensivos¨ para tapar la cloaca de corrupción que dejó que imperara en PDVSA.
Editores de VenEconomía
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