Ideas para recuperar el presente y el futuro de Venezuela por Alfredo Coronil Hartmann /// "Este no es un momento de componendas sino de barrer la escoria y exigir cuentas. El daño ha sido muy profundo y hecho a propósito." Enrique Aristigueta Gramcko
17 de octubre de 2015
TTRANSICIÓN Y PLAN DE AJUSTES por: Antonio S'anchez Gracia, pararescatarelporvenir 18 de octubre de 2015.Me alegra por la charla, pues levanta el ánimo. Hay quienes ya están pensando en el futuro. Sólo espero otra conversación entre grandes penalistas de la República que calculen cuántos años de cárcel les dará el Tribunal Internacional de La Haya a los ladrones, asaltantes, estafadores y violadores del régimen. No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Antonio Sánchez García @sangarccs Elemental, mi querido Watson: dos personalidades políticas del talante y la estatura de María Corina Machado y Antonio Ledezma serían unos irresponsables indignos de sus talantes y estaturas si no tuvieran en su corazón, atravesado como una lanza, el proyecto de una TRANSICIÓN – con todas sus letras y en mayúsculas – a la democracia. Digamos: una hoja de ruta para desalojar a la dictadura, salir de esta pesadilla y encaminar la Nación hacia la paz, la concordia, la solidaridad y el gran reencuentro de todos los venezolanos. Incluidos chavistas y antichavistas. Eso se llama pensar en grande, con el ánimo y las capacidades de un estadista, y no como unos mercachifles de la politiquería electorera, de lado y lado. En juego no están las espurias ambiciones de unos y otros, los acomodos y matrimonios de conveniencia, sino la sobrevivencia y grandeza de la República de nuestros descendientes. En una palabra, que ya incomoda a muchos, la Patria. ¿Y cuál es la clave de esa transición, la brújula y el Norte de todas sus acciones? UN PLAN DE AJUSTES. Tal como suena y también en mayúsculas, pues sin PLAN DE AJUSTES, no hay TRANSICIÓN. Y precisamente de ese PLAN DE AJUSTES, de esas medidas posibles, pertinentes y necesarias que deberán ser asumidas en cuanto el país vuelva a manos de sus auténticos detentores – no los cubanos, que la usurpan, los chinos, que la esquilman, o los talibanes, que la devoran, sino nosotros, sus hijos, los venezolanos – es que hablaban Lorenzo Mendoza, el más destacado y prominente de entre los grandes empresarios nacidos en Venezuela, y Ricardo Hausman, el célebre economista que enseña en Harvard, la cuna de los grandes economistas del planeta, criadero de premios Nobeles y grandes gerentes de las finanzas públicas. ¿De qué otra cosa habrían de hablar? ¿De lo que hablaba en años pasados Mario Silva con el jefe del G2 cubano refiriéndose a los saqueos, exacciones y robos a mano alzada, supuestamente cometidos por Diosdado Cabello? ¿De los artistas de la farándula contratados por un bolichico para su sonada boda madrileña a costos verdaderamente estrambóticos? ¿De los acuerdos bajo cuerda para agarrar comisiones manque fallo? Hablaban, según escuché de esos escasos cinco minutos grabados por los servicios de espionaje del G2 cubano a la oposición, de los montos que será necesario obtener para reflotar, sólo en una muy tímida primera instancia, a una economía hundida por quienes, según cálculos conservadores, se robaron más de trescientos mil millones de dólares. Una escasa fracción de lo que debe reposar en las arcas de los grandes bancos privados de Andorra, Suiza, Inglaterra, Francia, España, Alemania, China, Corea del Norte y todos los paraísos fiscales del planeta. Como que más de una cuarta parte de esa cifra que parece descocar a los forajidos del PSUV, Aporrea y otros pasquines, nada más y nada menos que doce mil millones de dólares fueron depositados por el tuerto Andrade por instrucciones giradas desde los despachos de la élite revolucionaria. Ellos, que pusieron la República en remate a precio de gallina flaca y al mejor postor, que se la regalaron a los cubanos, la prostituyeron en el Foro de Sao Paulo, la usaron de caja chica de todas las candidaturas presidenciales de la izquierda marxista latinoamericana y que han terminado por desbancarla llevándola a la quiebra, ponen el grito en el cielo porque dos de nuestros más importantes empresarios y economistas, con un hondo y patriótico sentido de la responsabilidad, calculan los montos que será necesario obtener de los organismos internacionales para comenzar a terminar con las colas, el contrabando, el bachaqueo, el asalto, la colosal inflación y el trágico desabastecimiento que sufren nuestros compatriotas. Me alegra por la charla, pues levanta el ánimo. Hay quienes ya están pensando en el futuro. Sólo espero otra conversación entre grandes penalistas de la República que calculen cuántos años de cárcel les dará el Tribunal Internacional de La Haya a los ladrones, asaltantes, estafadores y asesinos del régimen. No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Porque como bien decía el presidente Eduardo Frei Montalva, padre del también ex presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle que acaba de dudar muy seriamente de la limpieza y transparencias de nuestras próximas elecciones desde la Casa de América de Madrid, España: “la verdad tiene su hora”.
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