Carlos Alberto Montaner: 2015, el año en que viviremos peligrosamente
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Carlos Alberto Montaner: 2015, el año en que viviremos peligrosamente
1 de enero de 2015
2015 será un año extremadamente inestable en el Mediterráneo, pero la onda expansiva alcanzará a todo el planeta. La globalización también es eso.
La sacudida comenzará en Grecia con la probable elección del partido Syriza. La palabra es un acrónimo en griego que puede traducirse como Coalición de la Izquierda Radical.
En Syriza se juntan estalinistas nostálgicos, trotskistas, anarquistas, anticapitalistas, antiglobalizadores, verdes que odian los transgénicos, antiamericanos, eurófobos, antieuros, y, por supuesto, propalestinos-antiisrael. (No en balde Grecia es el país más antisemita de Europa, de acuerdo con la última encuesta de la Liga contra la Difamamación).
Esta montonera comenzó a gestarse hace unos años en las protestas contra las reuniones internacionales del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial. Era una muchedumbre juvenil reclutada entre las tribus urbanas, frecuentemente desaseada y porrera, a la que los españoles calificaron, no sé por qué, como perrosflauta.
Tsipras habla de derechos y no de responsabilidades. Rechaza la austeridad de la señora Merkel, tan ridículamente preocupada por el dinero que le entregan los laboriosos alemanes para que lo custodie, y la insolencia de los bancos y tenedores de bonos que pretenden cobrar los intereses pactados o los que se derivan del creciente riesgo-país, en la medida en que los inversionistas le ven las orejas al lobo.
Naturalmente, Tsipras combate la corrupción de los políticos y empresarios, que es mucha, pero no menciona la del “pueblo”, que defrauda a Hacienda, simula enfermedades para recibir pensiones –es el país desarrollado con más “ciegos legales” del planeta—, cobra empleos en los que no trabaja, cuenta con centenares de profesionales sufridos, que pueden jubilarse a los 50 o 55 años con un 96% del salario, entre los que se incluyen peluqueros y locutores, y, pese tener un desastroso sistema público de enseñanza, posee cuatro veces más profesores per cápita que Finlandia, el país que mejor transmite los conocimientos, de acuerdo con la pruebas PISA.
Quizás ello explica que ninguno de los dos advierta que los problemas de España y Grecia no derivan del mercado o de la distribución de ingresos, sino de la debilidad del tejido productivo. Ambos países, por cierto, exhiben un bajo coeficiente GINI (32 y 34.3 respectivamente. Mejores que Canadá y Nueva Zelanda).
Lo que España y Grecia necesitan es más capitalismo, pero del bueno, el que se funda en la competencia y la meritocracia y no en el compadreo y la coima. Requieren muchas más empresas exitosas y competitivas en la esfera privada, porque ya sabemos a qué círculo del infierno nos conducen las empresas públicas. Lo que también necesitan, son Estados eficientes y honrados que ahorren y administren escrupulosa y transparentemente el dinero de los contribuyentes.
Ninguna persona sensata tiene nada en contra del Estado de Bienestar, siempre que la sociedad que lo disfruta lo haya elegido democráticamente y trabaje para costearlo. Como hacen, por ejemplo, los daneses o los austriacos.
Lo que resulta un disparate injustificable –la frase es de Ricardo López Murphy con relación a Argentina, tan parecida a Grecia y España–, es “trabajar como en Sicilia y querer vivir como en Suecia, pero culpando a Estados Unidos o a Alemania cuando, lógicamente, no se consigue”.
Nos vemos, preocupados, en el 2015.
Carlos Alberto Montaner
*Periodista y escritor
Vicepresidente de la Internacional Liberal
@CarlosAMontaner
Carlos Alberto Montaner
*Periodista y escritor
Vicepresidente de la Internacional Liberal
@CarlosAMontaner
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