JAIME LUSINCHI, EL HOMBRE DETRÁS DE
LA IMAGEN.
por: Alfredo Coronil Hartmann
En la política, no se crean muchos afectos, la rudeza misma del oficio no
pareciera propicia para hilvanar sentimientos profundos y duraderos. Pero hay
excepciones que confirman la regla, para mí una de ellas se llamó Jaime
Lusinchi, lo que para nada supone que no tuviésemos desencuentros y disgustos,
pero estos nunca opacaron una amistad que se remonta a mi adolescencia y se
mantuvo durante toda mi vida adulta.
Jaime vivió intensamente, dirigente juvenil, concejal en su estado nativo,
brillante diputado al Congreso de la República, jefe de la mayoría parlamentaria,
avezado en las lides internacionales, Presidente de la República. Con la misma
intensidad, perseguido político, luchador clandestino, exiliado trashumante.
Cuando Leonardo Ruíz Pineda aprobó el proyecto de mi padre, el Doctor Alfredo
Antonio Coronil Ravelo, de engañar a las autoridades de la dictadura y
convencerlas de la necesidad médica de trasladar al Doctor Alberto Carnevali
desde la cárcel al Puesto de Socorro, de la esquina de Salas, los colaboradores
seleccionados fueron el dirigente sindical Salom Meza Espinoza y el muy joven
Dr. Jaime Lusinchi, conocidos ambos por su sereno valor, además de algunos otros
combatientes clandestinos igualmente heroicos. Los agentes de la Seguridad
Nacional de Pedro Estrada, no eran los desdentados y adiposos “milicianos
chavistas” eran jóvenes entrenados para matar eficazmente. La hazaña fue
exitosa, muchos años después fue llevada al cine por Miguel Ángel Landa.
No llegó pues a los primeros planos del acontecer político huérfano de
méritos y credenciales, tampoco utilizó ese “fast track” eficacísimo, que a otros les ha valido el poder, me
refiero a la adulancia, a la cargadera de maletines a “hacerle la barba” al
máximo líder, expediente que paga muy buenos dividendos en todos los partidos
de todos los países. Conocí y viví, desde mi privilegiada cercanía, su relación
de amistad, y puedo decir de cariño, con Rómulo Betancourt, salpicada de chistes y ocurrencias, propios de dos hombres de
fino humor y de aguda y rápida inteligencia.
No fue nunca un “yes man”, Rómulo lo envió como su embajador oficioso a
distintos países del continente, especialmente a aquellos donde Jaime había
vivido y estudiado durante el exilio. En esos menesteres nos reencontramos en
Chile, donde yo cursaba estudios de Ciencias Políticas y Administrativas, allí,
ya iniciado en la política y en el periodismo de opinión, pude apreciar mucho
mejor sus recomendaciones y orientaciones, las municiones dialécticas de que me
proveía, en momentos en que la maquinaria internacional comunista “a través de
su estafeta de La Habana” –para usar una expresión de Rómulo- nos pretendía
presentar al mundo como unos obsequiosos lacayos del imperialismo. Los consejos
de Jaime, precisos, prácticos, inteligentes me facilitaron la interacción en
los predios universitarios y con amigos de la intelectualidad chilena de
entonces.
Jaime era un hombre de “gestos”, esos que por oportunos y cálidos
“compran” una amistad y que en él eran genuinos y espontáneos, en
circunstancias gratas o en momentos de dolor. Así, haciendo gala de la vieja escuela adeca, ya para
entonces diluida, de valorar los éxitos intelectuales de los militantes y
dirigentes, lo vi entrar al “patio de los leones” del Concejo Municipal de
Caracas el día en que recibí el Premio Municipal de Literatura –Mención Poesía-
de 1979, lo celebramos juntos, los Betancourt no estaban en el país y él lo
sabía.
También cuando falleció mi madre en 1991, la AD a la cual todo le había
dado, manejada por esa escuela de mezquindad y mediocridad que, justa o
injustamente, asociamos con el “alfarismo” y que todavía padecemos, a través de
sus mozos de estoque o muchachos de mandado magnificados, no se sintió obligada
a enviar a algún dirigente al acto del sepelio
(el presidente Pérez ya había concurrido a la funeraria y proclamado
duelo oficial) a que dijera unas palabras de despedida, Jaime que había ido a acompañar
a su amiga y compañera de luchas y esperanzas, tomó “motu propio” la palabra en nombre de Acción Democrática y
durante unos 20 ó 30 minutos habló de la adolescente militante del PDN, de la
fundadora de AD, de la combatiente clandestina, de la perseguida, presa y exiliada, de la profesional destacada, mencionando apenas de pasada la
circunstancia, muy personal, de haberse casado con Rómulo Betancourt. Para mí,
es un haber que no prescribe.
No voy a intentar hacer un resumen de su obra de gobierno, que para mí
tuvo tres grandes campos en realizaciones: la política exterior, la agrícola y
pecuaria y el intento de saneamiento de la deuda pública, a la cual hizo los
primeros abonos de capital, es decir no se limitó a “correr la arruga”
atendiendo solo el servicio de la deuda, el pago de los intereses.
Señalaré también una apreciación
personal, al “pasivo” de su gestión presidencial, que creo pertinente y
necesaria, aunque resulte incómoda en estos momentos de dolor por su partida.
En los menesteres de la política deberían ser -y raramente lo son- las
aptitudes concretas de cada hombre público las que determinen las funciones que
deban asumir, sea en el gobierno del Estado, sea dentro de las organizaciones
en las cuales militen, el “marketing” y la errónea creencia de que ser presidente es la única culminación exitosa de una vida pública,
nos han hecho mucho daño, son reiteradas las ocasiones en las que “el mejor
candidato” ha frustrado al mejor presidente, el ejemplo más palpable –en
positivo- fue Raul Leoni, mal candidato y gran presidente.
Hay muchos tipos de
inteligencia y hay talentos específicos para determinadas áreas, no es un
problema de niveles de inteligencia, sino de condiciones para gobernar,
soy un convencido de que Lorenzo
Fernández y Reinaldo Leandro Mora, son dos grandes presidentes que no fueron,
no incluyo a Gonzalo Barrios, uno de los más cultos y brillantes políticos que
hemos tenido, porque tengo algunas reservas o dudas, sobre su posible desempeño
presidencial.
Creo, retrospectivamente, que el gran parlamentario, el fino conocedor de
los hilos de la política internacional, el valeroso combatiente, el hombre
genuinamente bueno y afable, el venezolano encantador y generoso que fue Jaime
Lusinchi, no tenía las mejores condiciones para ejercer el poder ejecutivo.
Ganó las elecciones con el más alto porcentaje de votos que el país había visto, un 57% -con la única
excepción de Rómulo Gallegos, quien reunía aun menores condiciones
presidenciales- y salió de la presidencia con elevadísimos niveles de
popularidad, las fallas que tuvo en el ejercicio del poder, fueron fallas de
carácter y de vocación, no era un gerente, un administrador, era un brillante
político y fue un gran candidato, víctima de su buena fe y de su falta de
supervisión.
No obstante su obra de gobierno no es para nada deleznable, como
lo demuestran los dos anexos con los cuales cierro estos comentarios.
Copiaré un resumen hecho por Primer Poder, en su edición de ayer:
“Este
gobierno tuvo dos records que en ningún otro quinquenio de la democracia: mayor
cantidad de viviendas (262.291) y terminar la mayor cantidad de estaciones (18)
del Metro de Caracas. Entre los hospitales que construyó destacan el de “San
Juan de Los Morros”, el “Domingo Luciani” en Caracas, el “Pastor Oropeza” en
Carora y el “Victorino Santaella” en Los Teques. En el Metro de Caracas,
construyó la segunda etapa de la Linea 1 (Chacaito-Dos Caminos) y toda la Línea
2 (Silencio-Zoo-Las Adjuntas); fue el creador del servicio de MetroBus. En
vialidad se construyeron las autopistas “Ciudad Bolívar-Ciudad Guayana”, la
“Ciudad Guayana-Upata”, el Tramo de la Autopista de Oriente “Guarenas-Araira” y
se da inicio a la autopista “Valera-Trujillo”. Dos
grandes carreteras destacan en su mandato, la “Ciudad Bolívar-Caicara-Los
Pijiguaos” y la “El Dorado-Santa Elena de Guairen”. En embalses destacan las
obras en “Camburito-Caparo” y “Boconó-Tucupido”. Es en este mandato cuando se
finalizan la Central Hidroeléctrica “La Honda” y la segunda etapa del gran
Complejo Hidroeléctrico “Guri”; también se inician las obras de las Centrales
Hidroeléctricas Macagua II y III. En general fue un quinquenio que tuvo muy
importantes inversiones en infraestructura y programas sociales para el beneficio
colectivo.”
Y el aporte hecho por el profesor Mario
Buffone en su Blog:
Sin duda
alguna la actuación de Jaime Lusinchi en funciones de primer magistrado
(1984-1989) es una de las más incomprendidas en la historia del país. Su
gestión estuvo plena de muchos aciertos y es importante recordarlos para
rescatar la memoria racional. Hay que puntualizar la
difícil situación de la nación que recibió de manos de la administración
saliente del presidente Luis Herrera Campins, con la devaluación del Viernes
Negro, una economía en decadencia (-1,2% promedio anual del quinquenio), un
desempleo creciente y una deuda pública sumamente elevada. La actuación del gobierno de Lusinchi enfrentó
aquellos problemas con mucho menos dinero que los dos períodos constitucionales
anteriores y logró revertir en buena medida la mala situación heredada.
Las
cifras de los cinco años de la presidencia de Lusinchi en materia económica
fueron las siguientes: crecimiento económico anual promedio: 3%; el desempleo
disminuyó de 10,1% en 1983 a 7,3% en 1988; la deuda pública bajó de 38675
millones de dólares en 1983 a 32176 millones de dólares en 1988. No sólo en
cuestiones económicas fue acertada la conducción de Venezuela en esta época,
sino también en otros reglones como: EDUCACIÓN: se decretaron 14 instituciones
de educación superior, algunas de ellas fueron: Instituto Universitario de
Estadios Musicales, los tecnológicos de Maracaibo, Cabimas, Caripito, Andrés
Eloy Blanco y Mariscal Sucre y los colegios universitarios de enfermería de la
Gobernación del Distrito Federal y la Cruz Roja Venezolana. Se incluyen en las
14 instituciones creadas 7 del sector privado, descollando en estas últimas la
Universidad Bicentenaria de Aragua. CULTURA: Fueron creados un total de 103
bibliotecas y 27 museos, este último número es el más alto en la historia del
país. SALUD: se pusieron en servicio 31 hospitales, algunos de los cuales son:
Militar de Maracay; Cecilia Pimentel de La Concepción; San Juan de los Morros;
Psiquiátrico de Maturín; Domingo
Luciani (El Llanito), el hospital más grande planificado y construido
totalmente en la democracia; La Beatriz de Valera; Punto Fijo; San Francisco y
La Ovallera de Palo Negro. AMBIENTE: fueron decretados 6 parques nacionales:
San Esteban, San Luis, Cinaruco-Capanaparo, Guaramacal, Dinira y Páramos
Batallón y la Negra. AGRICULTURA: el país logró autoabastecimiento en muchos
productos; además la superficie bajo regadío creció en 25244 hectáreas.
EMBALSES: se culminaron 9 embalses para la producción de electricidad,
suministro de agua potable, regadío agrícola y control de crecientes, de los
cuales destaca el Guri, el más grande del país y se comenzaron 4; también se
inició la ampliación del embalse Macagua. ELECTRICIDAD: la capacidad instalada
de generación eléctrica aumentó en 6834 megavatios, el mayor incremento de la
historia gracias a la finalización del Guri y también a la conclusión de las
obras de Planta Centro, la mayor infraestructura para la generación de
electricidad de origen térmico de América Latina. AGUA: el suministro de agua
potable creció en 513 millones de metros cúbicos. CLOACAS: la población con
este servicio se elevó en 836000 habitantes. TELECOMUNICACIONES: incorporación
de 18 nuevas poblaciones al Discado Directo Nacional. TRANSPORTE: fueron
construidos 14736 kilómetros de carreteras y en este sentido se pueden citar,
entre obras iniciadas, continuadas o concluidas: las autopistas Barcelona-El
Tigre, José Antonio Páez, Mérida-Panamericana, San Cristóbal-La Fría,
Centro-Occidental, Ciudad Bolívar-Ciudad Guayana, Antonio José de Sucre
(Barcelona-Cumaná), Ciudad Guayana-Upata, Variante Guacara-Bárbula, el llamado
Eje Vial (Valera-Trujillo),
Circunvalación Norte de Barquisimeto y Acarigua-Barquisimeto; al mismo tiempo
las vías expresas (intercomunales): Santiago Mariño (Maracay-La Encrucijada),
Baruta-El Hatillo, Los Centauros (San Fernando de Apure-Biruaca), Vía Expresa
(Barcelona-Puerto La Cruz), La Encrucijada-San Juan de los Morros, La
Victoria-El Consejo, Coro-La Vela y Los Aviadores (Maracay-Palo Negro). También
se pusieron en servicio las nuevas instalaciones de los aeropuertos de Coro y
Barcelona. METRO DE CARACAS: culminación de la Línea 1 con la construcción del
tramo Chacaíto-Palo Verde y puesta en servicio de la totalidad de la Línea 2
(Zoológico-Las Adjuntas-El Silencio), en total fueron terminadas 21 estaciones
del sistema, más que ningún otro gobierno nacional. VIVIENDAS. Fueron
construidas por parte del sector público un total de 314251 viviendas,
equivalente a un promedio anual de 62850, cifra aún no superada. A esto hay que
agregar la creación de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado
(COPRE) que elaboró entre otras la Ley de Elección y Remoción de los
Gobernadores y la reforma a la Ley Orgánica de Régimen Municipal que creó la
figura de los alcaldes. Estos son apenas algunos aspectos, sólo los más
importantes, pero que realzan la actuación de Lusinchi como jefe de estado.(*)
(*) Datos actualizados al 21/05/2014