25 de agosto de 2014

"Catástrofe de la civilización" por Macky Arenas, Golovisión Web, 25 de agosto de 2014

Benjamín Disraeli, criticando una iniciativa del gobierno de William Gladstone, de reprimir Irlanda por la fuerza, dijo en el Parlamento, con su fina ironía: "... cualquiera puede pacificar Irlanda con cañones... hasta el muy honorable gentleman". 

Comparto y aplaudo la afirmación del gran diplomático y hombre de Estado, los valores que la sustentan... Pero ¿que se puede hacer frente al desvarío y el fanatismo criminal de estos yihadistas absolutamente ciegos y sordos a las voces de la razón, despiadados y sanguinarios? 

Honestamente, no lo sé, fatigo sin piedad las neuronas de mi angustiado cerebro, busco infatigablemente como se puede hacer algo que no sea la violencia y la fuerza. Me horrorizan las "soluciones finales" a lo Reinhard Heydrich, odio -y perdónenme la palabra- el sadismo. Pero no puede la civilización occidental, poner la cabeza en el tajo y esperar por el verdugo. Quiera Dios que encontremos la fórmula.

Los razonamientos de mi muy querida e inteligente amiga Macky Arenas, los suscribo con tanto dolor como el que sé que ella siente.

ALFREDO CORONIL HARTMANN


ITACA 25 DE AGOSTO DE 2014


Catástrofe de la civilización

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Por Macky Arenas / @MackyArenas
La ONU ha iniciado una importante operación para ayudar a medio millón de desplazados por el avance militar del grupo yihadista Estado Islámico, en el norte de Irak. 

La misma supone acciones de tierra, aire y mar. Todo ello está muy bien pues la situación es desesperada, pero las voces se alzan desde Irak para pedir celeridad en la contención al avance del Estado Islámico. Esa es la verdadera “medida humanitaria” que hace falta.
La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) que reúne a 178 organizaciones, exigió medidas urgentes por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para proteger a los kurdos yazidíes, en Irak. El Cardenal Fernando Filoni, enviado especial del papa a Irak, y el Patriarca caldeo de Babilonia han pedido liberar las aldeas tomadas por el Estado islámico. Y Johannes Heereman, presidente internacional de la fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada, subrayó que esta situación “no puede seguir siendo una preocupación únicamente de la iglesia en Irak. No podemos ser testigos mudos de una destrucción que está adquiriendo las dimensiones de una catástrofe de la civilización. Bien se puede hablar de la amenaza de un genocidio. La iglesia puede aliviar el dolor y la necesidad, pero la cuestión de la seguridad y de la defensa, así como el derecho a la vida y a la libertad religiosa, es cuestión de la política”.
La Comisión Permanente del Foro de Laicos de España emitió un comunicado en el que denuncia la persecución que están sufriendo los cristianos en Irak a manos del Estado Islámico y llamaron a la comunidad internacional a tomar medidas antes que sea demasiado tarde. “Denunciamos ante el mundo dicha persecución que se torna más horrorosa al ser hecha en nombre de una religión. Ofrecemos nuestra cercanía, solidaridad y oraciones por esos hermanos que sufren al tener que abandonar su propia patria para no ser masacrados. Condenamos los asesinatos y crímenes que se han realizado. Esto es una grave ofensa a Dios”. El Observador del Vaticano en la ONU, Monseñor Silvano Tomasi, ya había alertado: “Hay que intervenir antes de que sea demasiado tarde”.
“¡Dense prisa!” y “¡No nos dejen solos!” son las peticiones dramáticas que el cardenal Filoni ha recogido entre la población iraquí, cristianos y minoría yazidí, que desde hace semanas están siendo víctimas de una feroz persecución por parte de las milicias fundamentalistas del “Estado islámico”.
Las muertes ya han pasado el número que necesita la comunidad internacional para identificar la amenaza de un genocidio. Ahora hay que preguntarse cuál es la capacidad de aguante del resto del planeta ante la demostración de atrocidad que está ofreciendo al mundo el autodenominado Califato islámico.
En conversación con los periodistas, durante el vuelo de regreso de Corea, el papa Francisco habló sobre la violencia del Isis: “Es lícito detener al agresor injusto. Digo ‘detener’, no bombardear, hacer la guerra…”. Pero sí aludió claramente a la obligación moral de enfrentar a quien siembra muerte y destrucción, mucho más cuando las víctimas son pueblos indefensos. Hizo esta pregunta: “Debemos tener memoria; ¿cuántas veces, bajo este pretexto de detener al agresor injusto, las potencias se han adueñado de los pueblos y han hecho la guerra de conquista?” Y completó con este señalamiento: “Aquí hay hombres y mujeres, minorías religiosas, no son todos cristianos, y todos son iguales frente a Dios. Detener al agresor injusto es un derecho que la humanidad tiene, pero también es un derecho que tiene el agresor de ser detenido, para que no haga mal”. Eso trae a colación la teoría de la “guerra justa”.
Muchos filósofos y teólogos católicos han contribuido a esa teoría a lo largo del tiempo, que no pretende otra cosa sino otorgar fundamentos morales a la guerra y fue creada para dictar el comportamiento que se debía observar en los conflictos cuando esto se volvió moralmente necesario. La teoría de la guerra justa fue prevista como una directiva para entender cuando es moralmente permitido ir a la guerra (guerra justa) y cuando las circunstancias no lo justifican (guerra injusta). Además de Marco Tulio Cicerón, un filósofo romano, Santo Tomás de Aquino, fue de los primeros autores de esta teoría.
Los lineamientos de la guerra justa establecen que la guerra sólo es una opción cuando se han agotado todas las alternativas pacíficas, con lo que se elimina la posibilidad de una guerra impulsiva. Además, la teoría establece los pasos para asegurar que no se ponga en riesgo la vida de los civiles inocentes que no tienen nada que ver con el conflicto.
Las potencias, el resto de Asia y África, Occidente todo, pueden creerse a salvo, pensar que no es su problema. Pronto verán que, hoy por hoy, todo es problema de todos.

Macky Arenas/Globovisión Web

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