El Nuevo País, 6 de agosto de 2014.
AD
Y EL PETRÓLEO
Carlos Canache Mata
El pasado 31 de julio se cumplieron 100 años
del inicio en Venezuela de lo que se ha denominado su era petrolera. Ese día
del año 1914 el pozo Zumaque I, explotado por una empresa transnacional en el
campo Mene Grande del Zulia, comienza a producir petróleo en volúmenes de
importancia comercial, que dejó sólo como un recuerdo la experiencia de
Petrolia del Táchira, la primera empresa venezolana de modestísimas
operaciones que atendía, básicamente, el
consumo de kerosén de los pueblos andinos. El 14 de diciembre de 1922, con el
famoso reventón del pozo Los Barrosos 2 en el campo La Rosa aledaño a Cabimas,
se impulsa decisivamente la explotación petrolera en el país: para 1925 el
petróleo supera al café como principal producto de exportación y para 1928
Venezuela se convierte en el primer país exportador de petróleo y en el segundo
productor, después de EEUU.
Es conocida la dedicación de Rómulo
Betancourt, fundador de Acción Democrática, al estudio del tema petrolero.
Cuando inició su exilio en Curazao en 1928 expresó que “veía llegar buques
atiborrados de petróleo crudo que había de refinarse en el extranjero por
venezolanos que emigraban del país, aunque bien hubieran podido realizar
aquello en su tierra” y confiesa que
“descubrí en Curazao que no sólo debíamos afrontar la lucha contra el
despotismo, sino también un problema crucial para Venezuela: el petróleo”. En
su documentado libro “Rómulo Betancourt y la siembra del petróleo”, Gumersindo
Rodríguez destaca “el interés de Betancourt en el estudio del problema
petrolero venezolano” y transcribe parte de una carta que el entonces joven líder le dirige en 1930 a Haya de la
Torre en la que le manifiesta su preocupación y su propósito de escribir “sobre
la situación venezolana frente al avance monopolista de
la economía imperialista”. Y en el Plan de Barranquilla, escrito por
Betancourt, se denuncia que “la Standard Oil, la Royal Dutch, el Royal Bank,
cuatro o cinco compañías más con capitales integrados en su totalidad en
dólares o libras esterlinas, controlan casi toda la economía nacional”.
Cuando el PDN (Partido Democrático Nacional)
clandestino (1937-1940), cuya Tesis Política ratifica la posición
antiimperialista, toma en 1941 el nombre de Acción Democrática, prosigue, desde
la oposición o en el ejercicio del poder, la defensa y ejecución de una
política petrolera nacionalista.
Hitos relevantes de la historia de esa
política son la decisión de “no más
concesiones”, el famoso 50-50 o fifty-fifty de las utilidades petroleras decretado
en 1945 por la Junta Revolucionaria de
Gobierno presidida por Betancourt y luego establecido por ley bajo el gobierno
constitucional de Rómulo Gallegos, la creación de la OPEP el 14 de septiembre
de 1960 (“la iniciativa de Betancourt y Pérez Alfonzo adquiere una relevancia
histórica que es imposible de minimizar, puesto que ella implicaba, en los
hechos, un desafío a la hegemonía norteamericana”, escribió Teodoro Petkoff en
uno de sus libros), y, por último, la nacionalización petrolera de 1976 bajo el
gobierno de Acción Democrática presidido por Carlos Andrés Pérez
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