MENSAJE A LA NACIÓN
CONCIUDADANOS:
Edgar Reggeti
Antonio Suels Aranda
Oswaldo Páez Pumar
Marisol Sarría
Nelson Socorro
Jorge Dugarte
José Rafael Herrera
Antonio Sánchez García
Carlos Blanco
Marisol Aguilera Meneses
Manuel Malaver
Gustavo Tovar Arroyo
Gabriel Reyes
Raúl Leoni
Macky Arenas
Iruña Urriticoechea
Manuel Malaver
Leonardo Azparren
Alberto Troconis
Amada Dittmar
Adolfo Salgueiro
Carlos Canache Mata
Demetrio Boersner
Eddie Ramírez
Francisco Egloff
Eduardo Rodríguez Weil
María Cristina Weil de Rodríguez
Clarisa Weil de Egloff
Más firmas en depósito
Nota: Aquellas personas que deseen suscribir este documento pueden hacerlo en:
Nuestra patria está viviendo uno de los momentos más tristes y oscuros de toda su historia. Hemos tenido en el pasado muchos regímenes dictatoriales, pero ninguno tan destructivo y maligno como el de Nicolás Maduro. Nunca antes un mandatario venezolano había sido tan servil a un país extranjero, como lo es Nicolás Maduro con Cuba.
La rebelión pacífica que estamos viendo en todas las ciudades de nuestro país, es la reacción natural de un pueblo que ha sido maltratado y humillado de la manera más vil, y que se niega a ser sometido por el garrote comunista cubano. En respuesta, el Régimen ha desatado una represión como jamás se había visto; ni Castro, ni Gómez, ni Pérez Jiménez, ni ningún otro dictador en el pasado, se había atrevido a disparar a quemarropa contra jovencitas desarmadas.
Realmente, parece que Nicolás Maduro no es venezolano. Siente odio por nuestra patria. Utiliza a la Guardia Nacional como una milicia asesina, al estilo de las SA hitleristas para aplastar a un pueblo pacífico, que solo pide seguridad, alimento, vivienda, empleo y tranquilidad, y cual Nerón tropical, baila mientras son enterradas sus víctimas inocentes.
Antes de los acontecimientos sangrientos del pasado 12 de febrero, Día de la Juventud, diversos sectores del país pedían solamente el cese de la represión, el desarme de los grupos violentos y un cambio de rumbo en la economía; pero luego de lo que ha ocurrido en estos días, luego de la embestida cruel y despiadada contra los estudiantes, luego de los muertos, heridos, torturados y detenidos, luego de ver el ensañamiento de grupos paramilitares y guardias nacionales contra gente indefensa, luego de ver aviones de guerra y tanques artillados amedrentando nuestras ciudades, ya no podemos conformarnos con esas peticiones.
Está demostrado que el llamado Gobierno no está en capacidad de resolver la crisis política, social y económica que vive el país. Por el contrario, lo que ha quedado evidenciado en estos días es que ese presunto Gobierno, es la principal causa de la crisis y por lo tanto, todos los venezolanos tenemos el deber constitucional y el derecho moral de exigir la separación de Nicolás Maduro del cargo que ocupa, y junto con él, la del Vicepresidente y de todo el tren ejecutivo.
Quizá haya quienes sientan temor de que Maduro se vaya. Podrían pensar que si lo hace, entonces vendrá alguien peor. Pero no se trata de sustituir una dictadura por otra, sino de cumplir la Constitución que es muy clara al respecto. El artículo 233 establece que “Si la falta absoluta del Presidente de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta”.
Por supuesto, antes debe producirse una transición, que sirva para depurar todos los poderes públicos, y en especial el Poder Electoral, para que sea posible realizar unos comicios libres y transparentes, distintos a los que se han llevado a cabo durante los últimos años.
Queremos transmitirles un mensaje de confianza y de esperanza, sobre todo a los más jóvenes, cuya gesta heroica con su enorme saldo de muertos, heridos, torturados y detenidos, supera con creces todas las protestas juveniles anteriores. Confíen en la vocación pacífica y democrática de nuestro pueblo. Tenemos todas las herramientas jurídicas, intelectuales y técnicas, para rescatar la democracia, e iniciar un proceso de reconstrucción nacional, que le tocará desarrollar a ustedes.
Igualmente queremos dirigirnos a los militares. Ustedes también están obligados por el artículo 350 de la Constitución a desconocer autoridades y leyes que contraríen los valores democráticos, y menoscaben los derechos humanos. El artículo 328 les obliga a no tener militancia partidista, y a defender nuestra soberanía, que está amenazada por la injerencia cubana. Y el artículo 333, que nos ordena a todos los ciudadanos y a ustedes en especial a restablecer la vigencia de la Constitución que, como nos consta a todos, ha sido violada en más de 180 de sus artículos. No se presten a defender a un régimen ilegítimo, usurpador, totalitario y subordinado a Cuba. La obediencia debida no cabe cuando se ordena violar los DDHH, la Constitución y las leyes; allí procede la desobediencia debida. No olviden la frase de Bolívar: “Maldito el soldado que vuelva las armas de la República contra su pueblo”.
Finalmente nos dirigimos a todos los familiares de las víctimas de la represión, para hacerles llegar nuestras más sinceras palabras de consuelo, condolencia y solidaridad. Su pérdida es dolorosa e irreparable, sus hijos y hermanos serán recordados como los mártires de la democracia. Sigamos luchando sin desfallecer. Confiamos que muy pronto caerá sobre los asesinos todo el peso de la justicia nacional e internacional. Esperamos presenciar un merecido cambio en nuestro país, que nos traiga a todos paz, justicia y desarrollo. No olvidemos que “Dios concede la victoria a la constancia”.
Enrique Aristeguieta Gramcko
Enrique Tejera Paris
Pompeyo Márquez
Miguel Henrique Otero
Germán Carrera Damas
Gaby Arellano
Julio César Rivas
Evaristo Medina Castillo (Táchira)
Jackson Oswaldo Vera (Táchira)
Oswaldo Alvarez Paz
Asdrúbal Aguiar
Diego Arria
Marcel Granier
Alfredo Coronil Hartmann
Antonio Sánchez García
Gustavo Tarre
Nelson Ramírez Torres
Luis Betancourt
Alfredo Weil
Maruja Tarre
Cecilia García Arocha
Benjamin Scharifker
Eddie Ramírez
Marco Tulio Bruni Celli
Octavio Lepage
Gustavo Sosa Izaguirre
Aníbal Romero
Jesús Antonio Petit da Costa
Pedro Palma
Anibal Latuff
Humberto Maio
Alfredo Garcia Deffendini
Pedro Pablo Badillo
Teodoro Díaz Zavala
R. Chacón Mogollón
Milos Alcalay
Gustavo Briceño Vivas
Antonio Pasquali
Alfredo Coronil Hartmann
Gustavo Sosa Izaguirre
Genaro Mosquera
José Vicente Carrasquero
G/D Rafael Montero Revette
V/A Rafael Huizi Clavier
G/D Fernando Ochoa Antich
G/D Carlos Julio Peñaloza
G/D Manuel Andara Clavier
V/A Carlos Ramos Flores
C/A Elías Buchszer
G/B Luis José Hernández Campos
G/B Eduardo Cabrera
G/B Néstor Sánchez Toro
G/B Bernardo Díaz Castillo
G/B Miguel Aparicio
C/A Eddie Guerra
Cnel. Fernando Magallanes
Cnel. Asdrúbal Ramos Balza
Iván José Ballesteros Peña
Manuel Rachadell
Nitu Pérez Osuna
Cristal Montañez
Nelson Ramírez Torres
Luís Betancourt
Humberto Maio
Luis Manuel Aguana
Bernardo Conde
Santiago José Guevara García
Luis Enrique Garantón LopezLa rebelión pacífica que estamos viendo en todas las ciudades de nuestro país, es la reacción natural de un pueblo que ha sido maltratado y humillado de la manera más vil, y que se niega a ser sometido por el garrote comunista cubano. En respuesta, el Régimen ha desatado una represión como jamás se había visto; ni Castro, ni Gómez, ni Pérez Jiménez, ni ningún otro dictador en el pasado, se había atrevido a disparar a quemarropa contra jovencitas desarmadas.
Realmente, parece que Nicolás Maduro no es venezolano. Siente odio por nuestra patria. Utiliza a la Guardia Nacional como una milicia asesina, al estilo de las SA hitleristas para aplastar a un pueblo pacífico, que solo pide seguridad, alimento, vivienda, empleo y tranquilidad, y cual Nerón tropical, baila mientras son enterradas sus víctimas inocentes.
Antes de los acontecimientos sangrientos del pasado 12 de febrero, Día de la Juventud, diversos sectores del país pedían solamente el cese de la represión, el desarme de los grupos violentos y un cambio de rumbo en la economía; pero luego de lo que ha ocurrido en estos días, luego de la embestida cruel y despiadada contra los estudiantes, luego de los muertos, heridos, torturados y detenidos, luego de ver el ensañamiento de grupos paramilitares y guardias nacionales contra gente indefensa, luego de ver aviones de guerra y tanques artillados amedrentando nuestras ciudades, ya no podemos conformarnos con esas peticiones.
Está demostrado que el llamado Gobierno no está en capacidad de resolver la crisis política, social y económica que vive el país. Por el contrario, lo que ha quedado evidenciado en estos días es que ese presunto Gobierno, es la principal causa de la crisis y por lo tanto, todos los venezolanos tenemos el deber constitucional y el derecho moral de exigir la separación de Nicolás Maduro del cargo que ocupa, y junto con él, la del Vicepresidente y de todo el tren ejecutivo.
Quizá haya quienes sientan temor de que Maduro se vaya. Podrían pensar que si lo hace, entonces vendrá alguien peor. Pero no se trata de sustituir una dictadura por otra, sino de cumplir la Constitución que es muy clara al respecto. El artículo 233 establece que “Si la falta absoluta del Presidente de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta”.
Por supuesto, antes debe producirse una transición, que sirva para depurar todos los poderes públicos, y en especial el Poder Electoral, para que sea posible realizar unos comicios libres y transparentes, distintos a los que se han llevado a cabo durante los últimos años.
Queremos transmitirles un mensaje de confianza y de esperanza, sobre todo a los más jóvenes, cuya gesta heroica con su enorme saldo de muertos, heridos, torturados y detenidos, supera con creces todas las protestas juveniles anteriores. Confíen en la vocación pacífica y democrática de nuestro pueblo. Tenemos todas las herramientas jurídicas, intelectuales y técnicas, para rescatar la democracia, e iniciar un proceso de reconstrucción nacional, que le tocará desarrollar a ustedes.
Igualmente queremos dirigirnos a los militares. Ustedes también están obligados por el artículo 350 de la Constitución a desconocer autoridades y leyes que contraríen los valores democráticos, y menoscaben los derechos humanos. El artículo 328 les obliga a no tener militancia partidista, y a defender nuestra soberanía, que está amenazada por la injerencia cubana. Y el artículo 333, que nos ordena a todos los ciudadanos y a ustedes en especial a restablecer la vigencia de la Constitución que, como nos consta a todos, ha sido violada en más de 180 de sus artículos. No se presten a defender a un régimen ilegítimo, usurpador, totalitario y subordinado a Cuba. La obediencia debida no cabe cuando se ordena violar los DDHH, la Constitución y las leyes; allí procede la desobediencia debida. No olviden la frase de Bolívar: “Maldito el soldado que vuelva las armas de la República contra su pueblo”.
Finalmente nos dirigimos a todos los familiares de las víctimas de la represión, para hacerles llegar nuestras más sinceras palabras de consuelo, condolencia y solidaridad. Su pérdida es dolorosa e irreparable, sus hijos y hermanos serán recordados como los mártires de la democracia. Sigamos luchando sin desfallecer. Confiamos que muy pronto caerá sobre los asesinos todo el peso de la justicia nacional e internacional. Esperamos presenciar un merecido cambio en nuestro país, que nos traiga a todos paz, justicia y desarrollo. No olvidemos que “Dios concede la victoria a la constancia”.
Enrique Aristeguieta Gramcko
Enrique Tejera Paris
Pompeyo Márquez
Miguel Henrique Otero
Germán Carrera Damas
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Evaristo Medina Castillo (Táchira)
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G/B Miguel Aparicio
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