¿SE COCINA UNA TRAICIÓN?
por:
Alfredo Coronil Hartmann
He dejado, como
título de este comentario, el del "asunto" del correo que traía las
declaraciones del auto ungido “líder de la oposición” cuando me fue enviado, no
quiero gastar calificativos ni tiempo, en ese individuo, que por un tiempo
cautivó al desesperado y desilusionado pueblo de Venezuela.
El momento es
demasiado importante -y probablemente irrepetible- para gastar ni la mínima
energía de una sóla neurona en ello. Llevamos 15 años sufriendo el que una
minoría atropelladora deshaga y destruya el país, los partidos políticos, como
son concebidos en todos los países del mundo, ya no existen en Venezuela, han
devenido -hasta los de reconocida impronta histórica- como Acción Democrática y
el partido Social Cristiano COPEI, en meras franquicias manejadas por cúpulas
no representativas, ni efectivamente electas por sus miembros, que con fines
imprecisos y oscuros, cuando no abiertamente sospechosos de connivencia y
contubernio con el régimen fraudulento que padecemos, parecen acomodarse a todo,
mientras sus mejores cuadros están marginados o silenciados. Los "nuevos", es al menos el caso
de Primero Justicia, parecieran haber copiado, con notable éxito, los peores
defectos de los "viejos" y ninguna de las que fueron sus grandes
virtudes del pasado. Para ellos, todos los problemas se reducen a la
mini-gerencia de una junta de condominio, su visión es de conserje, es
respetable pero dramáticamente insuficiente. Con el agravante de que en esa
“junta de condominio” no se hacen elecciones internas.
No obstante todas
esas tristes verdades no justifican, de ninguna manera, la impresión,
ampliamente manejada por algunos gobiernos y sectores del exterior, de que
Venezuela carece de equipos humanos capaces de re-enrumbarla en las vías de la
modernidad y del progreso. Por el contrario este “tiempo del desprecio” –parafraseando a André Malraux-
ha servido de tamiz, para revelar
ante el país quienes pueden encarnar y asumir los nuevos retos y dirigir una
transición que requiere de estadistas y no de vedettes, con coraje y leales a
sus convicciones que, en el menor tiempo indispensable, pasen la antorcha a las
nuevas generaciones que, claramente han asumido las primeras trincheras de
lucha por la libertad. Los nombres los
conocemos todos, no es necesario ni conveniente ponerlos por escrito.
Aquí es necesario ver
en perspectiva, una realidad compleja, mas no insoluble. Se
trata de un choque de modelos de Estado y de gobierno no compatibles,
absolutamente opuestos, que se excluyen por esencia, no comprenderlo así es
renunciar de entrada a toda posibilidad de solución.
Para todos aquellos que,
por formación o por temperamento, tenemos una inclinación democrática e
inclusiva, es muy difícil aceptar que, donde nos encontramos, conceptos que nos
son tan caros como: diálogo, negociación, reconciliación,
perdón. Han adquirido una dimensión relativa y cuestionable, o al menos
condicionable...
Para algunos
gobiernos es cómodo y fácil, salirse de un asunto, que se hacen la ilusión de que les es
ajeno, recurriendo al recetario culinario
democrático tradicional, pensar es siempre un ejercicio de dificultad
y de compromiso, así desempolvan fórmulas al uso:
mesas de negociación, diálogo, entendimiento, mediadores, debates que a nadie
le suenan mal ¿Pero son viables en el caso venezolano? Yo no lo creo.
En un país donde
medianamente funcione la democracia, la solución elemental es dirimir en las
urnas electorales las alternativas planteadas. En Venezuela lo hizo Chávez,
cuando realizó y perdió el Referéndum Constitucional. Todo el aparato de fraude
del gobierno no fue capaz de impedir el rechazo de los venezolanos al proyecto
castro-chavista de reforma constitucional que se presentaba, dentro de la
mascarada general en que ha devenido el gobierno y la política en Venezuela, el
inocultable triunfo de NO fue sometido a un vergonzoso regateo, Chávez conminado
por las Fuerzas Armadas a respetar el
resultado, todavía exigió, y fue complacido, el que se
redujera la cifra y así pudo hablar de “la victoria pírrica” de la oposición,
que en realidad había
obtenido un triunfo claro y concluyente. ¿Y que ocurrió después? Mediante
manipulaciones seudo-parlamentarias, trucos y engaños, fue imponiendo, una a
una, las normas deformantes que habíamos rechazado.
La única salida real
del conflicto venezolano, es el establecimiento de un gobierno de transición, dentro
de los mecanismos que consagra la Constitución (Artículos 333 y 350), que
restablezca la separación de los poderes públicos, libere al país de toda
tutela extranjera, limite la función de las Fuerzas Armadas a sus labores
esenciales y profesionales, que garantice la seguridad personal y alimentaria y
que cree un mecanismo auténticamente imparcial que organice, con amplia
participación y cooperación internacional, un proceso electoral transparente,
auditable, veraz. Como no lo ha tenido Venezuela desde 1998.
Todo lo demás no son mas
que subterfugios para dar oxigeno a un cuerpo agonizante, descerebrado, no
viable, de “correr la arruga” y condenarnos a una disolución social y
nacional lenta pero –tristemente- segura, más costosa en sangre, recursos e
ilusiones.
Venezuela no va, al
menos por unos cuantos años, a dejar de ser uno de los países de mayores
reservas de petróleo del mundo, sus reservas de oro que fueron las mayores
–solo después de Suráfrica- aun son importantes, bauxita, uno de los minerales
de hierro de más alto tenor, uranio y todos los “rare earth minerals” (no
conseguí una traducción satisfactoria) que nos sea dable imaginar, además de
una posición geográfica envidiable, son hechos que deberían pasar por las
mentes de los Poncio Pilatos, que gobiernan algunas de las mayores
“democracias” del globo. EL PROBLEMA LO
VAMOS A RESOLVER NOSOTROS, pero al menos no nos dificulten el trabajo, imponiendo fórmulas de ablandamiento y
debilitamiento de la protesta popular y pacífica que es la única vía real para
el cambio y la recuperación de ese valor insustituible que es LA LIBERTAD.
Itaca 17 de marzo de
2014
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Capriles reconoce contactos
con Gobierno y espera que haya debate en horas
"El
diálogo no es un show de televisión, no nos vamos a prestar a una comparsa.
Ahora, lo que creo que sería un error es no abrir un espacio para decirnos las
cosas a la cara; eso creo que tiene mucho más valor, que el país vea un debata
de ideas", dijo Capriles.
La agenda social rinde más dividendos en las protestas, dice Capriles
(Archivo)
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EL UNIVERSAL
domingo 16 de marzo de 2014 02:44 PM
Caracas.- El líder de la oposición Henrique Capriles Radonski reconoció hoy que hay contactos con el Gobierno de Nicolás Maduro para
que se pueda dar un debate sobre la situación de conflicto que vive el país y
manifestó su confianza de que se pueda producir en "las próximas
horas".
"Eso está en discusión en este momento, en las próximas horas habrá una decisión, yo creo que el país merece ese debate", indicó Capriles en una entrevista con Televen.
"El debate tiene que darse, yo espero que se dé en las próximas horas", insistió.
Capriles dijo que jamás va a estar en contra de dialogar, pero señaló que "hay que ir a un debate para que eso permita decir: 'estas son las condiciones para poder dialogar en el país'".
"El diálogo no es un show de televisión, no nos vamos a prestar a una comparsa pero creo que sería un error no abrir un espacio para decirnos las cosas a la cara; eso creo que tiene mucho más valor: que el país vea un debate de ideas", dijo.
Capriles rechazó los insultos del presidente Nicolás Maduro a la oposición y se preguntó si insultar y calificar a la oposición de "cobarde" es la forma de llamar al país a dialogar, reseñó Efe.
Sobre las manifestaciones que llevan más de un mes en el país, Capriles sentenció: "esto no era un golpe de Estado, hay una protesta porque hay un malestar social".
Dijo que el hecho de que algunos hayan planteado la protesta en unos términos con los que no está de acuerdo "no significa que esa protesta sea ni delito, ni que haya que criminalizarla".
"Cualquier venezolano puede pedirle la renuncia a Nicolás Maduro, tiene miles de razones para pedirle la renuncia. Nosotros consideramos la protesta desde el punto de vista social, desde el punto de vista de hablar de los problemas del país, meternos en esa agenda tiene mucho más efecto", dijo.
Capriles acusó al Gobierno de lograr "polarizar a la oposición" y dijo que el Ejecutivo representa un extremo que necesita otro extremo.
"Hay extremos del lado de la oposición que se entienden (con el Gobierno) (...), casi que tienen un pacto, se necesitan, los extremos se alimentan", consideró.
Capriles no confía en que la comisión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que tiene previsto llegar al país en la primera semana de abril, permita superar la situación de conflicto en el país, porque, señaló, es "una instancia que defiende intereses de gobiernos".
"La verdad es que yo no veo ahí ninguna posibilidad, creo que los gobiernos de América Latina nos han dado la espalda a nosotros los venezolanos (...) incluyendo a Colombia que es nuestro hermano país", dijo, al subrayar que "deberían estar defendiendo los derechos humanos".
"Eso está en discusión en este momento, en las próximas horas habrá una decisión, yo creo que el país merece ese debate", indicó Capriles en una entrevista con Televen.
"El debate tiene que darse, yo espero que se dé en las próximas horas", insistió.
Capriles dijo que jamás va a estar en contra de dialogar, pero señaló que "hay que ir a un debate para que eso permita decir: 'estas son las condiciones para poder dialogar en el país'".
"El diálogo no es un show de televisión, no nos vamos a prestar a una comparsa pero creo que sería un error no abrir un espacio para decirnos las cosas a la cara; eso creo que tiene mucho más valor: que el país vea un debate de ideas", dijo.
Capriles rechazó los insultos del presidente Nicolás Maduro a la oposición y se preguntó si insultar y calificar a la oposición de "cobarde" es la forma de llamar al país a dialogar, reseñó Efe.
Sobre las manifestaciones que llevan más de un mes en el país, Capriles sentenció: "esto no era un golpe de Estado, hay una protesta porque hay un malestar social".
Dijo que el hecho de que algunos hayan planteado la protesta en unos términos con los que no está de acuerdo "no significa que esa protesta sea ni delito, ni que haya que criminalizarla".
"Cualquier venezolano puede pedirle la renuncia a Nicolás Maduro, tiene miles de razones para pedirle la renuncia. Nosotros consideramos la protesta desde el punto de vista social, desde el punto de vista de hablar de los problemas del país, meternos en esa agenda tiene mucho más efecto", dijo.
Capriles acusó al Gobierno de lograr "polarizar a la oposición" y dijo que el Ejecutivo representa un extremo que necesita otro extremo.
"Hay extremos del lado de la oposición que se entienden (con el Gobierno) (...), casi que tienen un pacto, se necesitan, los extremos se alimentan", consideró.
Capriles no confía en que la comisión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que tiene previsto llegar al país en la primera semana de abril, permita superar la situación de conflicto en el país, porque, señaló, es "una instancia que defiende intereses de gobiernos".
"La verdad es que yo no veo ahí ninguna posibilidad, creo que los gobiernos de América Latina nos han dado la espalda a nosotros los venezolanos (...) incluyendo a Colombia que es nuestro hermano país", dijo, al subrayar que "deberían estar defendiendo los derechos humanos".
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