25 de noviembre de 2013

"A LA REBELIÓN CIVIL LLAMA ACCIÓN DEMOCRÁTICA" por ALBERTO CARNEVALI, CARACAS 24 DE DICIEMBRE DE 1952

NOTA DEL EDITOR DEL BLOG.
El documento que reproducimos a continuación, fue la respuesta del mas importante partido político de la época, al fraude electoral perpetrado por el régimen de Marcos Pérez Jiménez, en el proceso comicial destinado a elegir la Asamblea Constituyente que debería instalarse en 1953. 
La reproducción de este texto fundamental, que recomiendo guardar para la Historia, se debe a la similitud de circunstancias y a la diferencia deplorable de las respuestas a estas.
 Poseo una fotocopia del documento original de 1952, durante mis casi 7 años como Secretario de Asuntos Internacionales y algunos menos como jefe del Departamento de Capacitación y Doctrina de AD, abogué reiterada e inutilmente por la re-edición del mismo, pienso que debe ser un obligado texto de estudio para los dirigentes y militantes de todos los partidos políticos democráticos así como para los activistas de la "Sociedad Civil". El pensamiento preclaro del abogado y economista, promesa de gran estadista que perdió Venezuela, conserva vigencia e impronta. El valor, moral y físico, que lo caracterizó, es una cualidad indispensable en todo aquel que aspire a dirigir. Aquí están las raíces de la unidad, del "espíritu del 23 de enero" de la necesidad de una política nacional, inclusiva, constructiva.
Atentamente
Alfredo Coronil Hartmann



A la Rebelión Civil llama

Acción Democrática






Manifiesto suscrito por ALBERTO CARNEVALI, Secretario
General (en la clandestinidad) del Partido del Pueblo.




CARACAS – VENEZUELA  24  DICIEMBRE  1952






A la Rebelión Civil llama
Acción Democrática


La amañada consulta electoral del 30 de noviembre se tradujo en una rotunda condenación plebiscitaria de la tiranía del Coronel Pérez Jiménez. No obstante que a nuestro Partido no se le permitió presentar candidatos, excluyéndose así arbitrariamente a la organización política que en tres elecciones anteriores había demostrado que representaba legítimamente a la mayoría popular venezolana; no obstante la exclusión de algunas fuerzas minoritarias; a pesar de las dificultades interpuestas por la violencia policial contra los partidos legales de oposición que participaron en la batalla comicial; y pese a que el gobierno pensó utilizar la institución del voto obligatorio como un recurso general de coacción contra los electores, el pueblo resolvió el grave dilema en que se le colocó, votando contra la tiranía del Coronel Pérez Jiménez. Todos los partidos políticos, todos los sectores sociales, todos los hombres y mujeres sin partido, los miembros de la nación entera barrieron en esa contienda las inmorales insignias del FEI, el maltrecho aparato electoral que la dictadura había fabricado con los ilícitos recursos de la coacción vejatoria, el soborno y la corrupción política.
     Estos votos consignados por el pueblo el 30 de noviembre no buscaron el triunfo exclusivista de ninguna organización política en particular sino el de todas las fuerzas políticas con raíces verdaderas en la entraña popular. Buscaron la recuperación de la soberanía nacional y la reconquista de la libertad para todos los venezolanos. Buscaron la paz y la armonía de la nación, criminalmente rotas por el absolutismo. Esos votos condenaron severamente el salvaje predominio despótico de la camarilla militar del Coronel Pérez Jiménez. Hablaron el justiciero lenguaje de la protesta contra el terror colectivo, a favor de los miles de víctimas impotentes del mortal campo de concentración de Guasina, de las torturas físicas y morales, de la prisión y del exilio, del desempleo, de la arbitraria cesantía impuesta en el trabajo por la discriminación política, y del ultraje soez de las bandas policiales que a diario atropellan los hogares y vejan a las familias en todos los rincones del país. En esas urnas electorales fue consignada la enardecida indignación general por el asesinato a sangre fría de nuestro inolvidable dirigente Dr. Leonardo Ruiz Pineda y de otros abnegados combatientes de la resistencia popular. A esas urnas fue, en resumen, la limpia voz condenatoria de toda la nación, que repudia en todos los tonos a la minúscula y engreída camarilla de jefes militares ambiciosos, empecinados en continuar escarneciendo a la soberanía popular y envileciendo a la República.
    Pero la enfermiza obsesión de mando del Coronel Pérez Jiménez lo ha arrastrado a desoír jaquetonamente la admonitiva voz de la nación, en un temerario desafío que habrá de ser decisivo y mortal para la liquidación implacable del despotismo. Contra la opinión de cerca de dos millones de personas que representan la plenitud de la conciencia política del país; ignorando desvergonzadamente que la totalidad de los sectores sociales de la nación lo desprecian y lo detestan, el Coronel Pérez Jiménez infirió el dos de diciembre corriente un nuevo e insólito ultraje a la dignidad nacional al pisotear –con las típicas botas del bárbaro ignorante y vesánico- la ingenua expresión de la soberanía de todo un pueblo. En un burdo y repulsivo sainete político que ha sido una vergüenza para todos los venezolanos, los representantes de las fuerzas armadas nacionales -los personeros de los hombres encargados de custodiar las armas de la República para la defensa de la soberanía del pueblo-  se prestaron dócilmente para que se consumara un nuevo atentado nacional contra el propio pueblo. Contando únicamente y exclusivamente con el pregonado respaldo de las fuerzas armadas, Pérez Jiménez se colocó con impúdico desenfado los arreos de dictador exclusivo, declarándose Presidente Provisional al mismo tiempo que ordenaba –también con el alegado respaldo de las fuerzas armadas- que se destruyeran las actas electorales de los Estados para borrar toda huella del resonante triunfo popular, y para designar con actas falsificadas, una asamblea constituyente ficticia, espuria, integrada exclusivamente por sumisos pordioseros del servilismo nacional, reclutados por el FEI en las más bajas esferas de la corrupción política implantada por el propio régimen.
    Y en represalia por haber obtenido los partidos de oposición la casi totalidad de las curules de la Asamblea Constituyente que fue anulada delictuosamente, la dictadura movilizó de inmediato su siniestra maquinaria policial contra los partidos URD y Copey, al mismo tiempo que pelotones de las fuerzas armadas eran preparadas o movilizadas para contener a las masas populares que en Caracas y otros lugares del país, especialmente en las zonas petroleras, demostraban su aireada protesta por la brutal manera como se arrebataba, una vez más, al pueblo el limpio triunfo de su soberanía. Los locales de Unión Republicana Democrática –partido que obtuvo la crecida proporción de 67 de los 103 representantes a la Constituyente- fueron saqueados y clausurados por las gangsterianas bandas de la Seguridad Nacional. Algunos dirigentes nacionales y decenas de líderes regionales de ambos partidos fueron detenidos junto con nuevos centenares de militantes de Acción Democrática y de otras organizaciones populares. Y entretanto, los equipos directivos nacionales de ambos partidos legales de oposición empezaron a ser sometidos a la grosera presión directa del Coronel Pérez Jiménez, quien, amenazándolos con represalias del Ejército, ha pretendido que ambas organizaciones claudiquen ignominiosamente concurriendo –con las míseras minorías que les asignaron caprichosamente en el fraude insólito- a la grotesca caricatura de parlamento constituyente que el gobierno pretende instalar el próximo enero con una indecente y falsa mayoría del FEI. Y para garantizarse la anulación práctica de Unión Republicana Democrática como partido de mayoría parlamentaria, le fue asignada en el fraude a esta organización solamente la ridícula minoría de 29 representantes, y casi todos sus dirigentes nacionales fueron expulsados violenta y aceleradamente del país, a las pocas horas de haber caído en una inicua celada policiaca, cuando el delincuente político, reo de la falsificación de las actas electorales, que ahora ejerce el Ministerio de Relaciones Interiores, los citó “bajo su palabra de honor” para que concurrieran a una nueva entrevista relacionada con la rechazada proposición de complicidad en la farsa parlamentaria que se proyecta.
    Igualmente cínica ha sido la maniobra de Pérez Jiménez en los medios castrenses. Algunos de sus emisarios anunciaron en forma escueta y descarada a la oficialidad reunida expresamente en los cuarteles, que el gobierno había perdido las elecciones. Pero agregaron la mentirosa versión de que los partidos políticos planeaban disolver el ejército y asesinar a las familias de los oficiales, y que para evitarle este caos a la nación, el Coronel Pérez Jiménez “se sacrificaba” asumiendo el control absoluto del poder. Otros voceros del inescrupuloso Coronel, conocedores del franco ambiente de repudio existente en los cuarteles contra la ola de crímenes políticos del régimen, agregaron canallescamente una desfigurada explicación sobre el cobarde asesinato de nuestro inolvidable compañero Dr. Leonardo Ruiz Pineda. Pero no dijeron una palabra sobre el sadismo criminal con que –desde el día siguiente al del monstruoso crimen, cuando fuera a reclamar el cadáver de su marido- se ha mantenido sometida al vejamen de un cruel secuestro en una sórdida celda de la Cárcel Modelo de Caracas, a su abnegada y afligida esposa, la señora Aurelena de Ruiz Pineda, ni tampoco informaron por qué ha perseguido la Seguridad Nacional, con vandálica saña a sus dos inocentes hijitas de cinco y tres años de edad. Y, no obstante que se habló mendazmente de amenazas contra oficiales y sus familias, tampoco se explicó por qué fue echado del país en estado pre-agónico el Teniente Coronel Mario Ricardo Vargas para que en el extranjero muriera abandonado de todo auxilio del Ministerio de Defensa, ni se dijo por que se tiene condenada al exilio a inclemente en España a su viuda y a sus pequeños hijos. Menos aún se dijo una sílaba sobre el repulsivo asesinato del Teniente Coronel Delgado Chalbaud, ni sobre los constantes vejámenes que los personeros del régimen han infligido a su viuda para obligarla a guardar silencio sobre la complicidad de Pérez Jiménez en el crimen o para forzarla a abandonar el país. Olvidaron asimismo los acusiosos heraldos del déspota explicar por qué, si este es el salvador de la integridad de las fuerzas armadas, han echado de sus filas decenas de oficiales y se ha privado a sus familias de los normales auxilios económicos establecidos en la carrera, y por qué un importante grupo de mayores, capitanes y tenientes están sometidos a infamante prisión desde hace más de un año en varias cárceles y penitenciarías del país, sin que hayan cometido delito alguno ni como oficiales ni como simples ciudadanos.
    En general, los oficiales no fueron consultados sino “notificados” de este segundo crimen nacional contra la soberanía popular, como si el ejército fuera un dócil rebaño de hombres armados, que no tuvieran ni criterio ni sentimientos que tomar en cuenta. Y en los pocos cuarteles donde se hizo un simulacro de consulta, los jefes se cuidaron bien de no transmitir “a la superioridad” la verdadera respuesta de la mayoría de los oficiales, rotundamente contraria al desconocimiento de la voluntad electoral. Y como la institución armada está siendo convertida en un bando político personalista, nada se averiguó tampoco sobre lo que piensa el personal de tropa, que es la mayoría de ese cuerpo. Nada se indagó sobre lo que sienten esos miles de venezolanos –en su totalidad hombres del pueblo- que ahora visten provisionalmente uniforme militar pero que regresarán mañana a sus hogares- a los hogares azotados crónicamente por el desempleo y el hambre y victimados con harta frecuencia por la Seguridad Nacional, a reunirse con sus miles de hermanos y demás parientes que el 30 de noviembre votaron contra la tiranía del jefe del ejército.
    Pero los militares venezolanos saben ya hasta la saciedad que su dignidad de hombres y su decoro de profesionales de las armas han sido vergonzosamente comprometidos ante la conciencia nacional y ante la opinión internacional por la desenfrenada y deshonesta ambición de mando y la insaciable sed de sangre de su jefe principal. Ya a ningún venezolano con uniforme militar puede quedarle duda alguna de que Pérez Jiménez no está usando el ejército para defender las instituciones de la República sino como un agresivo cuerpo de persecución política contra todos los demás venezolanos de las mas variadas condiciones sociales y de todas las convicciones políticas. Es difícil que no puedan darse cabal cuenta de que –además de que debe dolerles el sufrimiento de su propio pueblo- están sufriendo grave mengua en su valor, su honor y su caballerosidad, señalados como atributos indispensables de los hombres de armas. Porque escaso o ningún brillo pueden tener tales atributos cuando la institución armada es arrastrada al deshonor y la desvergüenza, al obligarla –sin protesta- a proteger la impunidad de los crímenes políticos de Pérez Jiménez y al dejarse utilizar para atropellar a un pueblo desarmado, contando exclusivamente con la desigualdad de la fuerza material. También en los cuarteles está imponiéndose esta terrible verdad: con excepción de los espias de la Seguridad Nacional y de la Inteligencia Militar y descontando algunos jefes ambiciosos y corrompidos, todos los sectores de la nación repudian con la mayor energía la aciaga gestión tiránica del Coronel Pérez Jiménez. No ha sido por simple casualidad o mero accidente que han estallado violentos brotes insurreccionales en algunas guarniciones del país, como ocurrió hace 8nos pocos meses en Boca de Rio y en Maturín. Pérez Jiménez no obstante que ha hecho hipócrita alarde de la tesis “institucionalista” y del “apoliticismo” de las fuerzas armadas, ha demostrado en la práctica que sólo lo mueve un insano exclusivismo personalista y arbitrario y que sólo lo guían sus intereses políticos antipopulares  para hacer discriminación ante los oficiales a la hora de designarlos en cargos y posiciones, prefiriendo con frecuencia a los de menores méritos e inadecuada jerarquía. Y el estado explosivo de los ánimos castrenses es tan evidente, que el intranquilo e inseguro Coronel se ha visto precisado a ordenar subrepticiamente la creación de unos cuerpos armados irregulares, bajo el comando de los espías de la Seguridad Nacional y de la Inteligencia Militar, para usarlos como tropa de choque contra el ejército. Dos millones de hombres y mujeres han sido ofendidos groseramente por el obseso dictador al pretender silenciar de un sablazo el multitudinario grito de libertad de los comicios de noviembre. Y por vergüenza nacional, por la dignidad de hijos de una Patria que se ha enorgullecido siempre  de la gallardía y valentía de sus hombres, no nos queda otro camino que declarar un estado de rebelión permanente contra la dictadura. Será “la rebelión legítima contra sus opresores”, de que nos hablan los más elevados principios políticos de todos los tiempos y, sobre todo la que nos enseña el ejemplo glorioso de los más dignos pueblos del mundo. Y a los militares venezolanos se les presentará un dilema histórico y decisivo: o ensangrentar las armas que la República les ha confiado para la defensa de la soberanía asesinando cobardemente a un pueblo inerme, para defender los crímenes de Pérez Jiménez o sacudirse en cambio la ignominiosa coyunda del déspota, colocándose valientemente al lado del pueblo, en la posición que les señalan el decoro y el patriotismo.
   La vasta empresa de la recuperación de la soberanía no corresponde a un solo partido sino a todos. Y no es deber exclusivo de los partidos sino de todos los hombres y mujeres de la nación. Porque a todos estás dirigido el reto del absolutismo al pretender consolidarse instalando una constituyente adulterada y servil, para que le apruebe el gigantesco despilfarro de los ocho mil millones de bolívares malbaratados en cuatro años; para que le encubra la siniestra ola de crímenes políticos, y para que le legalice la proyectada entrega a precio vil de nuevas concesiones petroleras y del hierro a la insaciable voracidad del sojuzgador capitalismo extranjero. Contra todos se ensañará ahora el terror policiaco y de todos los partidos serán los nuevos y numerosos hogares a quienes afligirá en adelante esta intolerable desgracia nacional.
   Todos los venezolanos, y especialmente los dos millones de personas a quienes se les ha atropellado miserablemente su voluntad comicial, estamos comprometidos por dignidad en una histórica cruzada nacional: la demolición del podrido andamiaje de la dictadura perezjimenista y la formación de un gobierno provisional de equilibrio político. Un gobierno que tenga objetivos bien definidos:, que restablezca las libertades públicas, que retire el ejército de su actual plano de indebido predominio político y lo coloque en su función natural de cuerpo técnico profesional, y, por último, que encauce a la nación definitivamente hacia el sosegado ejercicio de su soberanía, de modo que el pueblo pueda elegir libremente a quienes deban dirigir en firme la transformación democrático-revolucionaria del país           hasta lograr plenas y satisfactorias condiciones de bienestar social y una adecuada independencia económica en el campo internacional.
   Al lado de los demás partidos, Acción Democrática tiene señalado -  por su inflexible trayectoria revolucionaria y por su capacidad combativa- un papel primordial en esta decisiva cruzada de la liberación nacional. Y para cumplirlo honrosamente, propiciamos de la manera más resuelta un permanente estado de rebelión civil, una indesmayable ofensiva de oposición popular, que mantenga agresivos y encrespados los ánimos de todos los venezolanos contra la humillación de que somos víctimas para impedir en todo momento que la dictadura de Pérez Jiménez se estabilice sin resistencia. Una rebelión de opinión que obligue a las fuerzas armadas –mediante la poderosa presión de todos- a libertarse también ellas del deshonroso  dominio personalista y sanguinario de Pérez Jiménez, o que logre abrir ancho cauce para el estallido de una vasta e incontenible insurrección popular, a fin de que sean las honestas manos del pueblo las que despedacen implacablemente el ya desquiciado aparato inmoral del absolutismo.
   Dentro de breves días, las masas populares recibirán indicaciones precisas sobre la forma contundente de iniciar esta nueva y mas activa y beligerante etapa de la resistencia civil. Y para garantizar que esta sea la acción permanente que coordine a todos los sectores populares, de todos los demócratas del país, estamos acelerando la ejecución de las siguientes medidas.
    Estamos implantando con rígida severidad un reajuste organizativo de nuestro aparato partidista  -que tan victoriosamente ha resistido en estos cuatro años las más tremendas y sanguinarias embestidas de la represión policial y la mas sañuda represalia moral y económica contra sus militantes- a fin de que responda con mayor agilidad, más firme resistencia en su contextura interna y mayor capacidad de movilización sincronizada de las masas, en esta decisiva batalla contra la dictadura. Por los canales confidenciales del partido están siendo transmitidas las instrucciones concretas sobre este plan reorganizativo. Debe responder a la consigna de que “ningún ciudadano podrá considerarse miembro de Acción Democrática si no milita activamente en su respectivo grupo político de base”.
   Al mismo tiempo, estamos estableciendo un ágil mecanismo de organización para movilizar a todos los hombres y mujeres sin partido que se están acercando a nuestras filas para pedir una activa participación en la lucha por la liquidación de esta humillante etapa de nuestra historia nacional. Ante ellos, nuestro partido deberá actuar con gran amplitud de criterio, respetándoles las propias convicciones ideológicas, pero unificándolos en la lucha común por la recuperación de la soberanía, con la consigna de que “ningún ciudadano demócrata, aunque no milite en partido alguno, debe permanecer inactivo en la presente ofensiva contra la tiranía”.
   Luego propiciaremos con todas las demás fuerzas políticas organizadas un plan de rebelión civil contra la dictadura. Buscaremos en esa coordinación “acción coincidente” de tipo práctico, conservando cada partido su independencia ideológica y su autonomía organizativa interna. Esta coordinación debe responder a la consigna de que “todas las fuerzas políticas están obligadas a hacer respetar la soberanía nacional con los medios de que dispongan”.
   Finalmente, debemos inciar con audacia una implacable ofensiva de rebelión civil en todos los campos de la vida nacional. Todos los partidos, todos los hombres y mujeres, todos los venezolanos dignos debemos desatar una coordinada y certera acción multitudinaria hasta lograr oponer a la tiranía en la mortal disyuntiva de reconocer la soberanía nacional o aniquilar sangrientamente a todo el pueblo venezolano. Actuaremos realistamente. Con clara conciencia de que nuestro poder no es otro que el gran poder de un pueblo enardecido porque se le ha vejado y se le ha humillado brutalmente. Actuaremos sin la menor vacilación. Sabedores de que el pueblo no tiene armas de guerra porque siempre confió ingenuamente en que las armas de los cuarteles eran para defenderlo y ahora están siendo utilizadas en su contra. Pero convencidos de que la gran tragedia política que entristece a la nación por permite plantearse el dilema simplista de combatir con armas o no combatir. Porque el patriótico reclamo nacional está concebido en otra forma inexorable: si no combatimos ahora hasta triunfar, el pueblo será esclavizado ignominiosamente por tiempo indefinido. El pueblo tiene que defender ahora mismo su libertad a cualquier precio y con los medios que tenga en sus manos. El pueblo tiene que combatir con sus propios recursos, los interminable recursos de la acción de masas, que en nuestro país existen en condiciones invalorables para la conquista del triunfo. Somos la mayoría de la nación. Somos todo un pueblo. La dictadura está desasistida de todo respaldo social y de todo apoyo moral. Una indoblegable decisión de lucha alienta prodigiosamente nuestros corazones. Una fe desbordante enciende nuestra sangre. Contamos en resumen, con preciosos factores humanos y morales suficientes paran dotar nuestra capacidad de combate de un poderío mil veces más fuerte que las mas aceradas corazas del despotismo.

Caracas 24 de diciembre de 1952

Por el Comité Ejecutivo Nacional de ACCION DEMOCRÁTICA

Alberto Carnevali
( Secretario General)






24 de noviembre de 2013

POR QUE NO LES DARÉ MI VOTO, por; LUIS MANUEL AGUANA

Hoy se cumplen 65 años del derrocamiento del ´primer presidente electo en forma libérrima, universal, directa y secreta, por la apabullante mayoría del pueblo venezolano (74% de los votos). Sin entrar en consideraciones de valor, sobre sus nueve meses de gestión, es significativo que hoy se produzca este texto de valor histórico del compatriota Luis Manuel Aguana, quien señala aspectos consustanciados con la esencia de este Blog: Para rescatar el porvenir.
Alfredo Coronil Hartmann



Porque no les daré mi voto
Por Luis Manuel Aguana
El año 2011 publique una nota en relación al Censo del 2011 que titule "Porque no les abriré mi puerta" (ver http://ticsddhh.blogspot.com/2011/07/porque-no-abrire-mi-puerta.html) donde sustentaba las razones de excluirme de esa trampa que el régimen llamo Censo de Población y Vivienda, donde se expusieron los datos personales de los venezolanos para su manipulación por parte del régimen que nos desgobierna. Esa amenaza de los comunistas en el poder aun pende como una espada de Damocles sobre todos nosotros. Si los comunistas avanzan la usaran en contra de nosotros sin dudarlo un segundo. Decidí en ese entonces no contribuir con eso y lo expresé.
En esta oportunidad quiero igualmente expresar porque no iré a votar, no solo en estas elecciones Municipales del 8D sino a cualquier elección que este régimen y CNE cubanizados convoquen, así sea para elegir a una reina de Carnaval. No quiero tampoco caer en esa manipulación de quien dice dirigir la oposición en el sentido que “usarán la línea donde dejé de firmar para votar por mi”.
Si esto no fuera tan serio me moriría de la risa, no solo porque admite que nos harán fraude y ellos no harán nada al respecto sino porque el régimen no necesita ese renglón del cuaderno para sustituir mi voto, ya lo hacen con las maquinas aunque esté lleno. Lamentablemente quien dijo eso nos pide de nuevo ir a votar el 8D en las mismas condiciones que el 14A sin haber tenido al menos el respeto por quienes si salieron a defender su voto el 15A y el 16A en el interior del país.
Deseo resaltar aquí que todo el mundo puede hacer lo que quiera en relación con su voto. Ese es su derecho. No estoy haciendo aquí un llamado a que la gente no vote, entre otras razones porque eso es una decisión personal que respeto. Solamente les quiero expresar aquí PORQUE YO NO LO HARE MÁS, hasta que haya un cambio del sistema electoral en Venezuela y nuestro voto realmente refleje la voluntad de los electores.
Llamaría abiertamente a la abstención, como respondí recientemente (ver Votar o no votar, he aquí la cuestiónhttp://ticsddhh.blogspot.com/2013/10/votar-o-no-votar-he-aqui-la-cuestion.html) si este llamado formara parte de una estrategia consolidada entre todos los opositores reales, organizados entre sociedad civil y partidos no colaboracionistas del régimen para responder a la pregunta de qué hacer después que nadie vaya a votar. Pero ese no es el caso, estoy hablando de lo que haré YO.
He venido sustentando desde hace mucho tiempo que la ecuación CNE-Régimen mas  Oposición-Colaboracionista han decidido de manera unánime imponernos un sistema electoral que no tiene como resultado la expresión real de la voluntad del elector. Y en muchos artículos he expresado y sustentado técnicamente ese hecho que no les repetiré nuevamente ahora.
Sin embargo si deseo expresarles algo que hace que en esta oportunidad haya cambiado de parecer, independientemente que hasta el 14A haya insistido en llamar a votar: ya internalicé que esta ES UNA DICTADURA QUE NO SALE CON VOTOS, y cualquier voto que le demos a su sistema electoral hace que la atornillemos más. Cualquier, léase bien, cualquier estrategia que electoralmente apliquen quienes todavía creen que por esa vía sacaremos a los comunistas del poder, se verá obstruida ya no solo por el CNE sino por toda la maquinaria gubernamental y con el dinero de todos los venezolanos.
Y ustedes se preguntaran: ¿Y es que eso ya no lo sabías? Si, lo sabía de una manera consciente pero como dije, no lo había internalizado. Hasta el 14A ingenuamente todavía creía en la teoría de la avalancha de votos. El término "internalizar" es crucial aquí para el planteamiento que deseo hacer.
Veamos el concepto: Internalización es el “Proceso mediante el cual un individuo incorpora en su personalidad los patrones de conducta prevalecientes en la sociedad”.
(Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág. 621.http://glosarios.servidor-alicante.com/psicologia/internalizacion). Nosotros como venezolanos todavía NO HEMOS INTERNALIZADO el carácter dictatorial del régimen porque no hemos incorporado en nuestras acciones los patrones de conducta que corresponden con ESE HECHO.
Este concepto es crucial aquí porque aunque los venezolanos hayamos expresado un millón de veces que esta es una dictadura seguimos en la misma vaina, como si aquí no pasara nada, intentando sacar con votos un mal gobierno de la cuarta. Eso les pasa a los políticos y los partidos que lo han dicho y siguen en la comparsa electoral, llamando a votar en bailo-marchas con música de carnaval como si aquí no hubiera muertos, presos políticos, atropellos, saqueos, persecuciones, cierres de medios y pare usted de contar. Lo entiendo de parte de ellos que necesitan los reales de esas Alcaldías para financiarse, pero no de los venezolanos que sí necesitamos cambiar al régimen. Y para eso debemos cambiar nuestra actitud en relación a ese hecho.
Expresar que esta es una dictadura y no actuar en consecuencia es más grave que seguirle el juego al régimen porque delata conformismo y colaboración abierta. Hasta ahora pensaba que este era un problema solo del liderazgo. No, es de todos nosotros. Cada uno de nosotros debe internalizar ese hecho y desde su propia perspectiva y alcance proceder a actuar en consecuencia.Ha sido difícil para mi, no llegar a esa conclusión conceptual que ya tenía clara desde hace mucho tiempo, sino dar un paso firme y concreto en relación a ese hecho: NO SEGUIRE CONVALIDANDO LA DICTADURA CON MI VOTO.
Queda entonces exigir a nuestra dirigencia política una verdadera caracterización, rechazando todo lo que provenga de este régimen, definido ya como una dictadura comunista y constitucional, incluyendo el concurrir a actos electorales con sus representantes, comenzando una lucha abierta contra las decisiones de Miraflores que provienen de los comunistas de Cuba y que el resto lo decida el pueblo venezolano en una clara y sostenida Lucha No Violenta y auto convocada hasta que salgamos de ellos. De ahora en adelante nos estamos jugando nuestra forma de vida.
A partir de aquí no participare mas con mi voto en esta mezcla de comunismo castrista, donde el voto no elije sino que consolida al régimen. Ya no más. Seguiré atento un mejor liderazgo que haya seriamente internalizado que es lo que verdaderamente pasa en Venezuela y con el que se pueda construir luego de esta pesadilla un sistema electoral justo y que exprese la voluntad real del pueblo venezolano. Y haré todo lo que esté a mi alcance para ayudar en eso.
Y para aquellos que me digan abstencionista les tengo una respuesta: El abstencionismo solo existe en DEMOCRACIA. En DICTADURA lo que existe es protesta cívica expresada en Lucha No Violenta. Y este es sólo un paso en esa dirección…
Caracas, 24 de Noviembre de 2013
Twitter:@laguana



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LA ANTIPODA DE MISTER DANGER.

 LA  ANTIPODA DE MISTER DANGER.

por:  Alfredo Coronil Hartmann


  Ayer nos sacudió, la no por esperada menos dolorosa noticia, del fallecimiento del hermano de luchas y de ideales Eric Ekvall, un ciudadano y luchador ejemplar. Conocimos, muy superficialmente, a Eric cuando vino, apenas un muchacho, cargado de conocimientos, de eficaz y rápida inteligencia, acompañando a Joe Napolitan a asesorar -hace ya varias décadas- la campaña presidencial de Acción Democrática, aquel espigado gringo no se limitó a consustanciarse con Venezuela, se fundió a ella.

Dejé de verlo por muchos años, aunque sabía de sus actividades exitosas y brillantes, sin duda fue un profesional de primer orden. 

 Me tocó reencontrarlo en este "tiempo del desprecio" -como diría Andre Malraux- y había devenido en un ser tan criollo como yo, dispuesto a jugársela por devolverle la libertad y la dignidad al país que él conoció y adoptó como suyo. 
 En pocos meses le tocó vivir la tragedia de ver morir a su bella y joven hija, una de las mas recordadas Miss Venezuela, uno de los mas duros golpes que cualquier progenitor pueda padecer, sobreponiéndose a su agobiante pérdida, a las escasas horas de haber regresado al país, ya estábamos reunidos estudiando escenarios y estrategias de lucha civil y civilista para la reconstrucción de esta "Tierra de gracia". Poco había pasado, cuando en un viaje de trabajo a México, le descubrieron la misma artera y terrible dolencia
En estos lustros de oprobiosa guerra a todo lo que signifique evolución, progreso, bienestar, uno de los usos "oficiales" mas frecuentes ha sido el reiterar, con la machacona estolidez de los eunucos intelectuales, la necesidad de "odiar" al "extranjero", como si fuésemos, no solos los herederos de alguna gran civilización precolombina destruida por la conquista, como México o el Perú, sino ignorando la realidad sociológica de que somos un país gloriosamente mestizo, en el cual la población "indígena" no llega al 1% de la totalidad. Recuerdo que en una oportunidad acudí a un programa de TV en el "Canal de todos los venezolanos" ese canal 8 que después fue de Mario Silva y una morralla de cafres acomplejados. Me había invitado Ernesto Villegas  y el otro entrevistado era el general Müler Rojas, en la conversación, entre tres amigos, porque así siempre los consideré a ambos y no puedo, ni deseo, evitar seguir sintiendo afecto por el sobreviviente, salió a relucir el obsesivo ritornelo de lo "endógeno" y "la oprobiosa planta del extranjero..." como dijo aquel otro orate de Cipriano Castro, yo pensé en recordarles la famosa frase de mi pariente Don Augusto Mijares: "... el problema indígena de Venezuela es que no hay indígenas", pero viendo el trío que formábamos, dije: no cabe duda, aquí estamos Ernesto Villegas POLJAK, entrevistando al general MÜLLER Rojas y a Alfredo Coronil HARTMANN, criollitos todos, puros y con plumas...
Así mas de una vez se pretendió calificar o descalificar a Eric por "gringo" el pueril argumento se estrellaba contra un sentido de pertenencia afectiva y de solidaridad con los dolores colectivos que ya serían deseables en muchos nacidos educados y enriquecidos en Venezuela y a costa de ella.
Es con hondo dolor que decimos hasta luego a este gran y ejemplar compatriota. Pronto deberemos respirar en la Patria libre y democrática que el soñó y por la cual luchó. Salud

NOTA: Recordando que ahora hay mucho "bachiller" que nunca ha leído a "Doña Barbara", me parece prudente aclarar que "Mister Danger" es un personaje de la gran novela de Rómulo Gallegos que, como su nombre sin ninguna sutileza lo indica, encarna el "peligro", el gringo malo asociado a los poderes feudales del llano de entonces, invadido de andinos gomeros y aventureros de toda laya que les servían de cómplices.

4 de noviembre de 2013

REINALDO LEANDRO MORA, LA EFICACIA AFABLE...



Reinaldo Leandro Mora, la eficacia afable.

por: Alfredo Coronil Hartmann


   En el oficio, a fuerza aprendido, en mas de cinco décadas de hacer periodismo de opinión, es inevitable saber que nunca se comienza un artículo con una aclaratoria, como este texto no cabe en el enunciado genérico de "un artículo" sino es mas bien el testimonio de un hondo dolor compartido, con muchos venezolanos, con sus familiares, innumerables amigos y la militancia -dentro y fuera del cascarón oficial- de Acción Democrática. Comienzo por decir que nada hay en estas líneas de compromiso, ni de cumplido.

   Quise con hondo cariño y amistad a Reinaldo, a Inés, a Rey, a Rene y a todos sus hijos, en él admiré no sólo su clara inteligencia y su versátil eficacia, gran ministro de Educación en horas muy difíciles de la segunda presidencia de Rómulo Betancourt, notable ministro de Relaciones Interiores de Raúl Leoni -innumerables veces encargado de la Cancillería- fino y habilísimo embajador en esa insuperada escuela de diplomáticos que es la Santa Sede, parlamentario nato, ejerció la senaduría por el Estado Barinas con brillo y donosura, así como la Presidencia del Congreso Nacional.

   Aspiró a ser el candidato presidencial de AD en las elecciones de 1973, tuvo dos  elementos extremadamente limitantes para lograr su meta, el fallecimiento del ex-presidente Leoni, quien lo apoyaba sin reservas y la prolongada indecisión de Gonzalo Barrios -probablemente deliberada- en retirar su propia aspiración, que Reinaldo sentía que lo obligaba moralmente. Con un sentido ético que lo enaltece, se negó a seguir mi consejo de solicitarle a Doña Menca de Leoni grabara un mensaje para la base de AD, solicitando el apoyo para él, que Menca estuvo dispuesta, sin dudar un instante, en hacer. Reconozco que,   aún de haberlo hecho el resultado era  dudoso, dado el apoyo abierto del máximo líder del partido, Rómulo Betancourt a Carlos Andrés Pérez. No obstante todos estos importantes y significativos obstáculos, en poco mas de UNA SEMANA de campaña logramos amarrar casi 180 votos, frente a los 300 y tantos que favorecieron al secretario general, CAP, pero esos días y horas de cordial "conspiración" afianzaron aún más nuestra amistad anudada en Roma, recorriendo sus calles, iglesias y museos...

   El joven líder guaireño, tenía todo a su favor para haber sido un extraordinario candidato y presidente, su imagen propia era, sin subterfugios publicitarios ni retoques de marketing, un "producto" que se vendía sólo. Recuerdo que Jacques Regis Etievan, presidente de CORPA, para ese entonces la mayor agencia publicitaria de Latinoamérica, decía que era "el Kennedy venezolano"  y añadía que cada sonrisa de Reinaldo eran al menos 50.000 votos, si pensamos que Rafael Caldera ganó las elecciones de 1968 por 30.000 podemos medir adecuadamente la cifra. En 1978 se volvió a plantear el tema, que no llegó a cuajar, también entonces estuve a su lado.

   No tengo sino buenos recuerdos de Reinaldo y de los suyos, él demostró que la sonrisa y la firmeza no sólo son compatibles sino complementarios. Frente a la subversión fue fuerte sin ser duro, era un asunto de estilo, nunca le tembló el pulso para hacer lo que fuese necesario, pero jamás practicó, eso que los españoles llaman de manera muy gráfica el "recochineo" ese solazarse en el dolor del adversario, ese gozo del dolor ajeno tan de moda en estos días.

   Queda la figura del educador, del abogado, del luchador político, del eficiente hombre de Estado, como un homenaje y una exaltación de la hidalguía y el buen gusto. El solo recordar que existieron hombres como él, es gratificante para el espíritu en esta hora menguada de Venezuela...

  El Junko 4 de noviembre de 2013.