Reflexiones del desconcierto...
por: Alfredo Coronil Hartmann
El retraso en escribir para este Blog, no ha sido por descuido o desgana, en realidad salvo que nos refugiemos en alguno de los innumerables hechos puntuales que perturban la calma y las perspectivas de futuro de los venezolanos, en un espacio que aspira a dar una visión de conjunto y una prospección histórica, resulta dificilísimo por no decir imposible intentar diagnósticos y proposiciones de acción.
Si intentáramos encerrar en una palabra el estado de ánimo colectivo, creo que "desconcierto" y en consecuencia desencuentro se aproximan bastante. Motivos sobran para ello, el presunto gobierno -de alguna manera hay que llamarlo- ha proyectado exponencialmente la dimensión del disparate que durante casi 15 años, ha caracterizado las acciones del régimen venezolano, la "oposición" (también podríamos decir: de alguna manera hay que llamarla) no se queda atrás, por el contrario parecería que estamos ante un cabeza a cabeza -como dicen los hípicos- muy reñido, de fotografía.
El "presidente", gracias al TSJ, a Smarmatic, al fraude continuado, a la coacción y el amedrentamiento constante, a la complicidad del Alto Mando de la FAN, al incalificable CNE, al abuso sin precedentes de los recursos del Estado, no da pié con bola en ningún aspecto, en el internacional no es risible solo por la vergüenza que nos produce. Lamentablemente la oposición, al menos la representada en la MUD, por acción u omisión, parece empeñada en solidificar una situación de ilegitimidad e inviabilidad evidente.
No quisiera abundar en la conducta del ex-candidato Capriles, pero es inevitable señalar un hecho de inmensa gravedad. Su denuncia del evidente fraude, marcó una diferencia cualitativa importante con el alelamiento o parálisis suicida de su performance anterior frente a Chávez, y gracias a ello recibió un respaldo importante de nuestro pueblo, dispuesto a dar la pelea en las calles de las ciudades y pueblos de Venezuela, que inexplicablemente él mismo frenó y castró, no obstante aún ignorando "ordenes" emanadas de su comando de campaña, como fue el caso de la concentración que había convocado el Frente Institucional Militar -FIM- en la Plaza Altamira, que fue desconvocada por presión del comando del candidato, la gente ignoró estas instrucciones y prolongaron hasta altas horas de la noche, no obstante las bombas lacrimógenas y el hostigamiento de la Guardia Nacional Chavista. Al negarse a la presencia soberana del pueblo indignado reclamando el reconteo que había pedido, ejecutó cual Madame Butterfly moderna un evidente harakiri político. A pesar de ello sostuvo respaldo importante en el país y sorprendentemente en el exterior, todo ello se derrumbó cuando se supo el hecho insólito de que había solicitado a la MUD se le designara "jefe de la campaña electoral municipal", el sólido misil de su acusación del evidente fraude de abril, se devolvió y le cayó en la cabezota, supongo que seguirá girando sobre sus 40 años de edad -al parecer su único capital- pero su actitud no es digerible, ni aquí ni afuera, es impresionante la cantidad de opiniones de amigos de la democracia venezolana en el exterior, muchos de ellos en posiciones de influencia y poder en la comunidad internacional, nos dejó en ridículo a todos...
Pero no es el único culpable del desencuentro nacional, crecientes rumores nos llegan de negociaciones y componendas aberrantes, de dirigentes políticos de experiencia, que sin respeto alguno por el legado histórico de las organizaciones que administran como franquicias comerciales, se dedican al regateo con el desgobierno, de posiciones en alcaldías y cuerpos colegiados regionales, traicionando la sangre, el dolor, el sufrimiento y los sueños que los fundadores de esos partidos sembraron en los tuétanos del país...
En este panorama de desolación, la juventud, los estudiantes, los obreros, los gremios, la academia, los hombres y mujeres de limpia hoja de vida, los venezolanos sin librea partidista o con ella, debemos empinarnos sobre una dirigencia indigna de ese nombre, sobre un régimen hambreador y apátrida, sobre la aparente indiferencia de la Fuerza Armada, para propiciar un cambio y reordenamiento profundo, que vacune al país contra las desandanzas de los últimos lustros de la democracia civil que le dieron una -muy discutible- justificación a la "revolución bonita" que destruyó la democracia, baldó la República y está acabando hasta con el país físico, dejando además una muy grave herida en el alma de los venezolanos, que muchos años llevará restañar...
Hay expresiones que, mas allá de su factura, son axiomáticas "... para hacer la tortilla hay que romper los huevos", sin hipócritas pudibundeces que le quedaran bien a las monjas Clarisas, hay que tener la osadía de pensar y actuar, como dice un amigo en cada uno de sus excelentes artículos "Ora y labora" y hacerlo ahora, el tiempo se nos escapa, como arena entre los dedos, que no se nos muera una nación libertaria y heroica que tan grandes páginas gloriosas de la historia de América protagonizó... Pero YA.
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