¿CON QUIENES?
por: Alfredo Coronil Hartmann
Iniciando este mes, cumpleaños de la Patria, publicamos "El momento es ya..." que mereció una alentadora acogida, el mérito no es mío, simplemente plasmé el grito expreso o soterrado, de millones de venezolanos. Ya no damos mas...
Gobierno y "oposición" escenifican una comedia de equívocos que ya ni divierte ni entretiene, a lo sumo provoca una sonrisa amarga y desesperanzada o simple y mayoritaria indiferencia...
Pero el país no puede transcurrir de puntos suspensivos en puntos suspensivos. La concreción no es ya un reclamo estilístico y personal, es una necesidad de supervivencia. La muy infeliz expresión de Capriles cuando paladinamente dijo que el sólo tenía 40 años, tiene sus equivalentes entre quienes no podemos darnos el lujo de decir pendejadas, aunque las sepamos decir muy bien. Venezuela no está para párvulos irresponsables pero tampoco para un juego de estetas y especulaciones doctas.
Le estamos pidiendo a la sociedad toda, que se empine por encima de una dirigencia poltrona y ágrafa, para no ocuparnos de los colaboracionistas y de los cómplices -ya bastante obvios- que todos conocemos. Ese llamado, desesperado, agónico, para nada medido ni calculado -no estamos para pormenores- sale de lo más hondo del alma nacional, sin distingos de parcela ideológica ni partidista, de profesión o actividad, de estamento socio-económico, de civil o de uniforme o de sotana o de braga de faena fabril. Todos, lo he dicho y lo repito, el único carnet exigible será la Cédula de Identidad y una limpia hoja de vida, unos y otros, los "demócratas" corruptos y cómodos y los falsos revolucionarios nos deshicieron el país, comprometieron la vida de sus gentes, sus riquezas, su indeclinable soberanía, comprometieron y virtualmente entregaron su territorio (la Plataforma Deltana, el Esequibo) no sabemos que habrán cocinado en el Golfo de Venezuela y lo infinitamente mas grave han enfermado el alma de nuestro pueblo. Sembrándole odios, resentimientos, complejos que de no ser trágicos serían risibles en un pueblo mestizo y raigalmente igualitario.
El ilustre ensayista Don Augusto Mijares, utilizaba una expresión que bien podría ser la bandera, el estandarte de lucha, bajo el cual debemos reunirnos y actuar: "Lo afirmativo venezolano". El momento es extraordinario en todos los sentidos, por su gravedad pero también por el reto magnífico que se nos presenta. No se trata para nada de sustituir a un gobierno, en verdadero rigor no hay ninguno, solo una anarquía melcochoza y disolvente en la cual nos hundimos todos.
La siempre generosa juventud venezolana, ha dado y da cotidiano ejemplo de valor y de valores y no me refiero sólo a los estudiantes, las fabricas, los campos, los cuarteles, los talleres artesanales, hierven de indignada esperanza. tenemos que sumarnos sin timideces ni cálculos mezquinos con toda la fuerza y con toda la sangre y la fe, hasta el último aliento.
Quienes no atesoramos proyectos personales, ni ambición de riquezas, ni afanes de pesada y vana figuración, ni insaciable inclinación por los micrófonos, tenemos que dar el paso al frente, la experiencia, los conocimientos, la veteranía y el aguante o se usan o se desvanecen en la inutilidad. Es ahora, no mañana, ni en diciembre, ni el eventual revocatorio, ni muchísimo menos en el 2019. Venezuela no tiene tanto tiempo y es por ella y para ella. o no tendría sentido. YA
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