Posted: 06 Sep 2015 07:27 AM PDT
Mientras que el
presidente Nicolás Maduro sigue intentando centrar la atención de la opinión
pública venezolana en la frontera con Colombia, y por consiguiente subiendo
la temperatura de la tensión limítrofe, al interior de su país tambalean
varias cosas.
Por: Yohir Akerman
Fuente: El
Espectador
La más reciente es la pelea que está
librando el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, contra un difícil
cáncer de próstata con metástasis en el pulmón que lo ha obligado a
internarse varias veces en Cuba para tratar de curarse. Ojalá así sea.
La debilidad de la salud del ministro ha
causado que se genere una pelea entre distintas facciones del régimen para
seleccionar al sucesor de esta importante y crucial cartera.
En una esquina: el presidente de la
Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, y en la otra: el gobernador del Estado
Aragua, Tarek El Aissami. Dos pesos súper pesados del régimen y, más
preocupante aún, dos funcionarios investigados por la justicia de Estados
Unidos por narcotráfico.
Cabello quiere poner en el ministerio al
general Juan de Jesús García Toussaintt, actual comandante del Ejército,
quien ha sido una ficha clave del ex jefe de Inteligencia Militar Hugo “el
pollo” Carvajal. El pollo Carvajal está acusado formalmente por la Fiscalía
del Sur de la Florida por narcotráfico, y por eso ha sido pedido en
extradición y puesto en la lista Clinton. (Ver: Specially Designated Nationals List of the U.S.
Department of the Treasury).
Por el otro lado, El Aissami intenta
adueñarse de la cartera de Defensa colocando al comandante de la Guardia
Nacional, Néstor Luis Reverol Torres, quien se encuentra en la mira de la DEA
por aparecer en las acusaciones que dio el narcotraficante Walid Makled
cuando fue capturado.
Es decir, que entre el diablo y escoja.
Porque sea quien sea, Reverol o García
Toussaintt, lo que es evidente es que la próxima cabeza del ministerio de
Defensa va a fortalecer el llamado Cartel del Sol, que es como se le conoce a
la organización conformada por militares venezolanos acusados o investigados
por sus relaciones con el narcotráfico.
Ahora bien, la relación del Cartel de
Sol, que se le llama así por las medallas en forma de sol que llevan los
militares, con la tensión limítrofe con Colombia es sencilla.
El 28 de julio de 2015, el presidente
Juan Manuel Santos autorizó la extradición de Gersaín Viáfara Mina, alias
Eliseo, a quien las autoridades de Estados Unidos consideran un testigo clave
en el narcotráfico que se realiza desde Venezuela y cuyas declaraciones
podrían evidenciar la supuesta relación de los militares del país vecino con
este delito.
Posteriormente, el 24 de agosto, el
Gobierno colombiano autorizó una segunda extradición preocupante para
Venezuela, esta vez del empresario Óscar Hernando Giraldo Gómez, quien es
acusado de llevar drogas ilícitas a Estados Unidos a través de rutas que
presuntamente militares venezolanos habrían facilitado en su país para
realizar dicha operación.
Gustavo Salazar Pineda, defensor de
reconocidos capos de la mafia como Pablo Escobar, Rodríguez Gacha e Iván
Urdinola, habló con La W el 28 de agosto y aseguró ser el abogado del señor
Giraldo Gómez y, posteriormente en una entrevista con Noticias Uno, dijo que
tenía conocimiento que alias Eliseo iba a entregar a Estados Unidos
información clave sobre el narcotráfico por parte de funcionarios
venezolanos.
La extradición de estas personas se
puede leer como la principal razón que llevó al presidente Maduro a emprender
la deportación masiva de colombianos en la frontera, ya que ve esta acción
como una traición del gobierno de Colombia puesto que pone en aprietos a
importantes funcionarios y militares venezolanos.
El problema real es otro. Y es que en
Venezuela hay un cáncer más complicado que el que, lastimosamente, sufre el
ministro Padrino López, y es el de la corrupción y el narcotráfico por parte
de los altos funcionarios, que hace que ese país esté implotando
lentamente.Las victimas de esto son el pueblo venezolano, y ahora los
deportados colombianos que tienen que pagar el precio de un delito que no
cometieron, mientras que otros siguen impunes por ilícitos que siguen
cometiendo. Así de claro y así de sencillo. @yohirakerman
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Posted: 06 Sep 2015 06:30 AM PDT
POR: CarlosAlberto
Giraldo González
Fuente: El
Colombiano
Hace cuatro años, sentado en la sala de
un apartamento de El Poblado, en Medellín, me entrevisté con uno de los más
avezados “cocineros” que tuvo Wílber Alirio Varela, “alias Jabón”. Él fue por
años hombre de confianza en los laboratorios clandestinos que surtían de
cocaína al señalado capo de las drogas, al parecer asesinado en Mérida,
Venezuela, el 30 de enero de 2008.
Mi interés era saber qué había ocurrido
dentro de la mafia para que Luis Enrique Calle Serna, alias “Comba”,
exservidor del temido y resbaladizo “Jabón”, lo traicionara y planeara su
muerte.
Se trata de un asesinato en extremo
enigmático, porque otras versiones indican que Varela habría pagado a
funcionarios policiales y judiciales venezolanos para que se armara la
noticia de su muerte y así se le permitiera salir de escena y evadir la mira
de la DEA, que lo consideraba uno de los jefes más poderosos del narcotráfico
en el mundo.
En el contexto de la conversación se
repitió una y otra vez este testimonio: la droga del cartel de Varela y la de
otros capos salía (y sale) por Venezuela con complicidad de altos mandos
militares y autoridades de ese país, y además bajo el control de un familiar
muy cercano al fallecido presidente Hugo Chávez Frías.
En el último lustro fueron capturados en
Venezuela Carlos Rentería, alias “Beto Rentería” (07/2010); Maximiliano
Bonilla, alias “Valenciano” (11/2011); Diego Pérez Henao, alias “Diego
Rastrojo” (03/2012), y Daniel Barrera Barrera, alias “el loco Barrera”
(09/2012). La lista la completan otros personajes como Héctor Germán
Buitrago, alias “Martín Llanos”, y Martín Cifuentes Villa, hermano de
Francisco Cifuentes Villa (asesinado en Caucasia, Antioquia, en abril de
2007).
Las altas esferas del régimen chavista y
poschavista dirán que si Venezuela se convirtió en puerto de refugio y
operación de narcotraficantes colombianos es algo que escapa a sus quereres y
que, por eso mismo, han sido capturados o abatidos, en su territorio, más de
25 de ellos.
Pero también es un hecho que Venezuela
está convertida hace más de diez años en centro de actividades del
narcotráfico colombiano y que tal escenario nunca ocasionó una crisis de las
proporciones de la actual. Ni Chávez ni Maduro dijeron antes que las mafias
habían penetrado como larvas a unas “fuerzas armadas bolivarianas” bastante
podridas por los ríos de billetes que van y vienen entre allá y acá.
Ahora en Medellín, en estas calles donde
empiezan muchas de esas tramas, se advierte: qué curioso que justo cuando
alias “Megateo”, actual “señor de las drogas”, era perseguido y casi
capturado, se desata una crisis, mediática, calculada y distractora, por unos
inmigrantes que toda la vida han estado en Venezuela sin ser vistos como “la
más peligrosa amenaza” para un régimen sin duda mucho más debilitado por los
vicios de su propia corrupción.
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Ideas para recuperar el presente y el futuro de Venezuela por Alfredo Coronil Hartmann /// "Este no es un momento de componendas sino de barrer la escoria y exigir cuentas. El daño ha sido muy profundo y hecho a propósito." Enrique Aristigueta Gramcko
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